domingo, 31 de diciembre de 2017

Henri de Tolouse-Lautrec y Pablo Picasso

En un reservado, 1899, Tolouse-Lautrec, frente a La espera(Margot), 1901, Picasso

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza organiza la esposición PICASSO/LAUTREC, que reúne un conjunto de dibujos, pinturas y grabados para analizar la influencia del pintor francés sobre el artista español. Un conjunto importante de obras de la última década del siglo XIX del primero, y de entre 1900 y 1905 del segundo. No se conocieron personalmente a pesar que vivieron los mismos ambientes en el barrio parisino de Montmartre porque coincidió con los últimos años de la carrera de Lautrec antes de su muerte en 1901, mientras el joven Picasso, comenzando la suya, era un recién llegado procedente de Barcelona. 

La pelirroja con blusa blanca,1889, Tolouse-Lautrec, frente a Mujer con flequillo, 1902, Picasso

La muestra plantea un recorrido dividido en cinco secciones donde se encuentran las influencias del afamado pintor francés sobre el malagueño: Bohemios, Bajos fondos, Vagabundos, Ellas, y Eros recóndito. A Picasso le impactó de Lautrec la capacidad sintetizadora de su dibujo y su tendencia a la caricatura, además, su pintura se caracterizaba por unos contornos muy marcados, unas formas planas, las perpectivas distorsionadas y los encuadres fotográficos. Por otra parte, en cuanto a los temas, prefiere una mirada profunda del ser humano, desde un estatus marginal para representar la vida moderna. Todo ello dejó una huella significativa en el artista español que perviviría hasta el final de su vida tras siete décadas de trabajo.

Jeanne (Mujer tumbada), 1901, Picasso

El barrio de Montmartre fue incorporado por la ciudad de París en  aquellas fechas, conviertiéndose en un lugar de residencia de la clase trabajadora, de prostitutas, actores, escritores, y artistas. Igualmente allí se localizaban numerosos cafés,  salas de fiesta, como el Moulin de La Galette o el Moulin Rouge, y burdeles. Lautrec vivió en alguno de estos negocios y trabajó para promocionar sus espectáculos, de la misma manera que realizaba su actividad artística. Picasso, de igual forma, se instaló en estos primeros años del siglo XX en este barrio centro de una intensa vida nocturna. La iconografía desarrollada por ambos tiene puntos en común. Las actrices y cantantes del cabaret, algunas muy famosas, como Jane Avril, las veremos representadas, sólo unos pocos años después por el joven Picasso.

Arlequín sentado, 1905, Picasso

En estos bajos fondos se encontraban los promotores del arte moderno, aquellos hombres que difundieron un nuevo lenguaje pictórico como el que hicieron Lautrec y Picasso, que se inspiraron en las mujeres que frecuentaban o trabajaban en los lugares de diversión. La mujer proletaria mal pagada en los barrios periféricos era presa fácil de la prostitución. Lautrec, aunque de familia adinerada, fue personaje marginal por su deformación física, que le llevó a mirar a las mujeres que la ejercían con ternura y empatía. Tuvo siempre una visión cotidiana, y las presentaba sin establecer juicios morales como personas normales. Por otra parte, la representación del mundo del circo los emparentó otra vez. Los protagonistas de estos espectáculos pertenecían, igualmente, a un mundo marginal, que daba preminencia al cuerpo y a lo gestual. La utilización del disfraz y su actitud fuera del concepto de orden aceptado por la sociedad les aproximaba a la actividad artística.

Picasso en La Californie

Finalmente, ambos pintores, llegaron a representar el erotismo del desnudo femenino, propio de los ambientes de burdeles. Picasso mantendría el tema universal del sexo a lo largo de su carrera, y especialmente, a final de su vida, lo recupera, en este caso con unas formas de los desnudos excesivas y las acciones mostrando una sexualidad feroz. Siempre valoró, por tanto, la influencia de Toulouse-Lautrec, hasta el punto que en una fotografías tomadas por Edward Quinn en La Californie, una residencia de Picasso en Cannes, entre 1955 y 1961, siempre aparece invariablemente la fotografía que Paul Sescau tomó del pintor francés en 1894 junto al tapiz(1958) de una de sus obras más emblemáticas, Las Señoritas de Aviñón, realizada en 1907.

domingo, 26 de noviembre de 2017

El cuadro más caro de la historia

Salvator Mundi, 1490-1519

Este mes de noviembre, la pintura atribuída a Leonardo Da Vinci, Salvator Mundi, ha sido subastada en la sala Christie´s de Nueva York y alcanzado la cifra récord de 382 millones de euros. Se convierte, así, en la pintura más cara jamás vendida. Esta circunstacia ha sido posible por emplear una estrategia de marketing exitosa. Recorrió distintas ciudades importantes del mundo y fue expuesta en la exposición monográfica que la National Gallery de Londres dedicó al genio florentino en 2011. Además, se subastó dentro de un lote de obras de arte contemporáneo con unos precios muy elevados, que le favoreció claramente. Partió con un extraordinario precio de salida, 60 millones de euros, una valoración alta para ser un maestro antiguo, aunque hay que destacar que era el último Leonardo en manos privadas, y según alguna opinión era la más rara y la importante pintura que ha aparecido en el mercado del arte en el último siglo.

La última cena, 1495-97

La pieza es una pintura al oleo sobre tabla de nogal. Su estado de conservación es regular y ha sido repintada sucesivas veces en estos quinientos años. Se atribuía al círculo de Leonardo, a algunos de los discípulos, aunque había dudas. Sin duda, el escorzo de la mano bendiciendo es propio del autor. Igualmente, la aplicación de la técnica del sfumato. De esta manera deja su huella personal a un tema más propio de la Edad Media, de la que conserva su visión frontal y solemne, que del Renacimiento. Por otra parte, se desconoce el anónimo comprador, de quien dicen no logrará recuperar la inversión. Un éxito, por tanto, para su antiguo propietario, el magnate ruso, Dmtry Rybovlev, que ha sabido beneficiarse del mercado del arte tan especulativo con las piezas de calidad excepcional.

martes, 11 de julio de 2017

El arte de vanguardia de Kobro y Strzeminski

Composición espacial 4, 1929

El Museo Reina Sofía organiza la exposición, KOBRO Y STRZEMINSKI. PROTOTIPOS VANGUARDISTAS,  centrada en el trabajo de esta pareja de artistas de la primera mitad del siglo XX. Fueron además marido y mujer, padres de una niña, cuyo triste final por la enfermedad y la persecución política son el tema de la película póstuma del director polaco, Andrzej Wajda, actualmente en cartel, especialmente centrada en el primero. Si visitas la exposición después de haber visto esta película podrás entrar en contacto con las piezas originales y documentos que aparecen en ella, lo que nos informa de la relevancia de la muestra madrileña y el rigor del film, aunque más focalizada en sus años finales. En este sentido, la trayectoria de los dos artistas fue rica desde el punto de vista práctico como teórico.

Kobro y Strzeminski en la playa, 1928

En general, los ambos artistas concibieron la obra de arte constituída en consonancia con los principios que le son inherentes. También, consideraron el arte como experimento de forma pura, de una investigación creativa. La práctica desarrolla modelos abstractos que pueden aplicarse al diseño industrial, la arquitectura y la ingenieria. Pretenden una transformación sustancial del mundo, mediante la solución a cada problema que se plantea mediante el arte. Wladyslaw Strzeminsky se centraría sobre todo en el diseño y la pintura, y Katarzyna Kobro en la escultura y la arquitectura. Su trayectoria arranca en 1918 después de la Revolución Bolchevique en Rusia, donde asimilarían las ideas el suprematismo de Kazimir Malevich. A principios de 1922 se establecerían en Polonia donde liderarían  el movimiento de las vanguardias.

Sala neoplástica, 1947

Propiciaron con sus contactos y donaciones, la creación de la Colección Internacional de Arte Moderno en Lodz. A finales de los años veinte se sintieron atraídos por la vanguardia de Europa Occidental, especialmente de la Bauhaus y el neoplasticismo. De esta manera, Strzeminski desarrollaría la teoría unista, por el que la obra plástica no expresa ni es signo de nada, pero que es un modelo de racionalidad al ser resultado de la forma pura. Ideas que se materializaron en las Composiciones arquitectónicas. Por otra parte, Kobro desarrolló una teoría de la escultura en la que ésta es un modelo funcional para la vida por su papel relevante en la formación del espacio. La práctica de sus concepciones artísticas la podemos observar en la Sala neoplástica, diseñada en 1947, reproducida en la exposición.

La imagen remanente de la luz. Mujer de la ventana, 1948

Las duras condiciones de vida en Polonia influirán en la evolución de ambos artistas. Por una parte, Kobro, tras abandonar el arte, lo retoma a finales de los años cuarenta alejada de los principios constructivistas, más próxima a una estética poscubista. Por otra, Strzeminski, se centra desde el punto de vista teórico en el fenómeno de la visión, entendido como un proceso unido a los cambios de las condiciones de vida. Su manifestación pictórica son las llamadas pinturas solares en las que busca reproducir la posvisión o imagen remanente. Finalmente, los dos son un ejemplo de compromiso con el arte más transgresor y radical de su tiempo, sentando las bases de movimientos posteriores, y con la libertad artística y social frente a la represión del fascismo y los dictados del estalinismo.

viernes, 7 de julio de 2017

La fotografía de Albert Renger-Patzsch

Paisaje de Essen y mina de carbón, 1928

La Fundación  Mapfre organiza la exposición dedicada al fotógrafo, Albert Renger-Patzsch, uno de los más representativos de la llamada Nueva Objetividad, tendencia que surgió en Alemania al finalizar la Primera Guerra Mundial. Comenzó su trayectoria en la época de entreguerras y en ella alcanzó la fama. Junto a su padre, gran aficionado a la fotografía, aprendió en la infancia el uso de la cámara. En la juventud decidió dedicarse exclusivamente a su práctica y se convirtió en el director del archivo fotográfico de la editorial Folkwang. Uno de sus primeros encargos profesionales fueron las fotografías de plantas y flore.

Stapelia variegata, Asclepiadaceae, 1923

Renger-Patzsch mostró su obra de dos maneras durante su vida. Las exposiciones y las publicaciones, una manera de llegar a un público más amplio. Su obra fundamental  fue  El mundo es bello, que apareció en 1928. Un libro que cosechó abundantes críticas positivas y una cierta polémica con el filósofo, Walter Benjamin, entorno a la malinterpretación del título. El artista prefería uno diferente, Las cosas, no el más sugerente, que pudiera dar lugar a comprender su obra con un sentido puramente estético en un momento histórico en el que la situación sociopolítica era difícil. Tras su traslado a Essen comenzó un periodo en su vida de intensa producción fotográfica sobre la región del Ruhr. La exposición madrileña reúne extraordinarios ejemplos de este periodo. 

Essen-Stoppenberg, 1929

Finalmente, desde 1944 inicia su etapa en Wamel donde regresa a los temas de la naturaleza, centrándose en el paisaje. De esta manera, el autor realizó una prolífica obra durante cuatro décadas y media, que la exposición antológica de la Fundación Mapfre, refleja de forma extensa. Un autor que apostó siempre por la total autonomía del lenguaje fotográfico frente a otras artes, muy adecuado para representar la realidad moderna. Superó el pictorialismo mediante un estilo caracterizado por la precisión técnica y la claridad compositiva, con atención a los detalles, las estructuras y las formas de las cosas. El resultado era un nuevo tipo de imagen alejado de expresionismos y estilizaciones pictóricas. La actividad práctica y los ensayos teóricos y técnicos le convertirían en el fotógrafo mas destacado de la nueva objetividad y un referente para la futura fotografía documental.

Carretera en Essen, 1929

Este cambio artístico y perceptivo, de gran pureza formal, con gran rigor técnico y fidelidad en la representación de la realidad, se manifestó de la mano de Renger-Patzsch en un amplio conjunto de temas que oscilan entre la naturaleza y la tecnología, entre la tradición y el presente. Nos encontramos en su obra edificios, objetos industriales, plantas, máquinas e incluso paisajes, una representación no propia de la nueva objetividad, pero que él si captó frecuentemente. A pesar de la intención del autor de crear imágenes que solamente fuesen fotografías, sin salirse de los recursos específicos del equipo técnico, sin manipular ni retocar, el resultado va más allá de una simple catalogación del mundo moderno, alcanza a producir armonía y atractivo visual, una creatividad que le hacer ser considerado como un auténtico artista.

martes, 20 de junio de 2017

El examen de Historia del Arte de la EVAU

La familia de Carlos IV, Francisco de Goya, 1800
El examen de la EVAU  para Historia del Arte ha sido similar en su estructura al de las PAU del año pasado, como se había anunciado. Dos opciones de 4 preguntas de forma similar las dos: un tema, el comentario de la imagen, la definición de 6 conceptos, y la explicación de tres artistas de 5. En general se aprecia la importancia del arte español. Presente en la láminas, la opción A con La Familia de Carlos IV de Goya y la B, con el relieve de La duda de Santo Tomás del claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos. También en el tema de esta opción al preguntar La arquitectura del Renacimiento en España. En estos apartados, la primera opción me parece más distante en el temario para los alumnos, el arte romano y la pintura de Goya del comienzo de la época contemporánea. 

La duda de Santo Tomás, Monasterio de Santo Domingo de Silos, siglo XI

Más próximo cronológicamente es la segunda opción, el siglo XVI del estilo renacentisma español, y el románico del siglo XI. La pregunta de las definiciones me parecen muy similares y asequibles en las dos opciones. Los artistas en cambio de la opción A  se encuentran más repartidos por el temario que la opción B, que concentra tres artistas del arte contemporáneo. Finalmente, destacar una valoración positiva del examen en tanto que presenta láminas reconocibles, obras emblemáticas de la Historia del Arte, y temas muy significativos de los contenidos.

viernes, 9 de junio de 2017

La pintura de Ramón Casas


Está a punto de finalizar una extraordinaria exposición titulada, RAMÓN CASAS. LA MODERNIDAD ANHELADA, en el CaixaForum Madrid, que reúne un amplio conjunto de pinturas y carteles del artista catalán con motivo del 150 aniversario de su nacimiento. La muestra no sólo incluye obras suyas, sino de sus contemporáneos con los cuales mantiene una relación personal y estilística estrecha. Hace un retrato de su época entre los siglos XIX y XX, aquellos que corresponde a la vida del protagonista. También realiza un importante ejercicio de comparación que nos ayuda a comprender mejor su dimensión artística. Una actividad centrada más allá de la pintura, en el cartel y la fotografía.

Joven decadente, 1899

El visitante de la exposición, por tanto, se encuentra con las pinturas y dibujos de Ramón Casas rodeados por obras de otros pintores que influyeron en él o con los que se relacionó, como Toulouse-Lautrec, John Singer Sargent, Santiago Rusiñol, Julio Romero de Torres, Joaquín Sorolla, o Pablo Picasso, organizados en diferentes secciones temáticas que permiten entender su trayectoria artística. En primer lugar el apartado, La construcción de una identidad artística, donde se observa la formación en París con su maestro Carolus-Duran, y luego la influencia de otras propuestas más vanguardistas. Otro importante apartado se denomina, La pulsión de la Bohemia, relacionado con su participación en el proyecto de la cervecería, Els Quatre Gats, un centro cultural alternativo emparentado con el cabaret parisino, Le Chat Noir, junto a Romeu y Rusiñol, que le abriría nuevas perspectivas. 

Ramón Casas y Pere Romeu, 1897

El apartado, La paradoja del artista moderno, muestra como dice su nombre, el interés del artista por la temática popular, frente a su anhelo cosmopolita y receptivo de las corrientes internacionales. No tan paradójico representar escenas taurinas o tipologías de majas y toreros, una iconografía muy del gusto de la época. Resulta muy atractiva la sección, La poética de la multitud, referida a su pintura entendida como crónica social en las que la muchedumbre anónima es la protagonista. Una pintura que recibe la influencia técnica de la fotografía en los encuadres y en el marco visual abierto.  Finalmente, el visitante se encuentra con el apartado, Identidades ambivalentes, centrado en la imagen de la mujer, uno de los motivos artísticos más habituales en su trayectoria profesional.

El garrote vil, 1894

De esta manera, descubrimos el perfil de una mujer refinada y elegante, así como la representación de una mujer emancipada y activa como reclamo publicitario y relacionado con la vida moderna a la que le gustan el deporte y la lectura. Por otro lado, la representa en atrevidos desnudos cuya composición deriva de la influencia fotográfica. Ramón Casas como indica el título de la exposición madrileña quería conectar con la modernidad, entendida como renovación formal de la pintura, abierta a las nuevas corrientes europeas que conoció en Paris. Abierta, igualmente, al empleo de nuevas técnicas y formas de interpretar las costumbres sociales, no exclusivamente burguesas, dentro del orden establecido privilegiado.

sábado, 20 de mayo de 2017

El canon de la escultura griega

El Doríforo, Museo Arqueológico de Nápoles
Acabamos de terminar el estudio del Arte Griego en 1º de ESO. Vamos a destacar su manera de entenderlo desde la escultura, un arte donde los griegos llegaron a las más altas cimas de la Antigüedad, y sólo superados por las aportaciones puntuales que cada época introdujo, según los cambios de los nuevos tiempos. Ellos mismos mostraron una evolución desde la época arcaica, en la representación de los modelos masculinos desnudos y los femeninos vestidos, hasta alcanzar los prototipos clásicos, luego apenas superados por la introducción del dinamismo y las emociones en época helenística. Si hay un autor que representa la concepción de la belleza clásica, es Polícleto, el famoso broncista de Argos, perteneciente al siglo V a. C.


Una de sus obras más destacadas fue el Doríforo o portador de una lanza. Un joven guerrero que lleva el arma apoyada en el hombro, sujetada por la mano izquierda con el brazo doblado, mientras camina lentamente con la pierna izquierda desplazada hacia atrás y la derecha apoyada. Además, gira la cabeza hacia ese lado proporcionando al cuerpo un leve contrapposto. Estos recursos técnicos permiten mostrar los que se entienden como belleza clásica, aquella basada en la proporción y la simetría de las distintas partes de la obra artística. De esta manera, la representación del cuerpo humano serían producto de un orden hallado matemáticamente. La altura total de la figura equivale a siete veces la longitud  de la cabeza. Al autor no le interesa la expresión de algún sentimiento humano o algún virtuosismo en el detalle del pelo.


Esta obra escultórica, de la que únicamente nos han llegado copias romanas del original en bronce, estaba relacionada con un tratado teórico sobre escultura escrito por Polícleto, desaparecido casi en su totalidad, llamado, Canon, donde se recogerían las ideas que sirven de fundamento a la manera de entender la belleza clásica.

martes, 2 de mayo de 2017

Retorno a la belleza

Felice Casorati, Retrato de Renato Gualino, 1923-1924

La Fundación Mapfre de Madrid organiza la exposición, RETORNO A LA BELLEZA. OBRAS MAESTRAS DEL ARTE ITALIANO DE ENTREGUERRAS, una muestra que da a conocer al público el clima artístico europeo después de la Primera Guerra Mundial, denominado de forma general como vuelta al orden. Frente a la ruptura con el pasado que supuso las vanguardias artísticas, en este periodo de entreguerras, se recupera la figuración con inspiración de la tradición clásica en la representación y en la composición estable y armónica de la pintura. En esta recuperación, Italia juega un papel fundamental. Así un importante número de artistas compartieron aspectos comunes, concretados en tres tendencias: pintura metafísica, realismo mágico y Novecento.

Giorgio de Chirico, Piazza d´Italia, 1924-1925

La exposición reúne más de 100 obras, entre pinturas y esculturas de los principales artistas italianos de este periodo. Son obras que no tratan de copiar el arte de la Antigüedad grecorromana o del Renacimiento, de los que reciben influencias, sino de asimilar y re-interpretar las formas y los temas con un lenguaje moderno, porque si nos fijamos en algunos ejemplos, encontramos las huellas de Piero della Francesca o Mantegna. Durante el recorrido de la muestra, podemos visitar distintos apartados temáticos en los cuales se divide. El primero se titula, Pintura Metafísica, la que se desarrolla inmediatamente antes, incluso, de la gran contienda bélica, representada por artistas como Giorgio de Chirico, su hermano Alberto Savinio, Filippo de Pisis, Carlo Carrá, y Giorgio Morandi.


Antonio Donghi, Mujeres en la escalera, 1929
Esta pintura será la base a partir de la que evolucionaron los siguientes estilos. Otro grupo fundacional fueron los artistas reunidos entorno a la revista Valori Plastici de Roma a comienzos de los años 20. Apostaron por el lenguaje clásico, Giotto y el Quattrocento frente al cubismo y al futurismo. De esta manera surgió el estilo llamado, realismo mágico, que no fue un movimiento como tal en Italia, sino una cierta atmósfera de extrañeza que se reflejaba en algunas de las obras de pintores como Felice Casorati, Ubaldo Oppi o Antonio Donghi. Potenció la presencia de lo raro en las pinturas, elementos fuera de contexto, pero tratados de forma realista.

Cagnaccio di San Pietro, La partida, 1936

El grupo Novecento se fundó oficialmente en Milán en 1922. Llegó a tener un número considerable de artistas cuatro años después. En la creación y difusión del mismo hubo una figura clave, la crítica de arte Margherita Sarlatti, que afirmaba que estos artistas se llamaban clasicistas, pero precisaba que lo eran de manera despojada, emocionada, moderna y simplísima. Hay otras tres secciones sobresalientes en la muestra. Una es la que se fija en el propio ser humano, representado en forma de retrato y el desnudo. Son obras donde se expresa una gran capacidad de síntesis, con actitudes serenas y casi ausentes. 

Giorgio Morandi, Bodegón, 1929

Otras comprenden paisajes y bodegones con las mismas características formales. Los primeros unen construcciones modernas de chimeneas o fábricas con estructuras arquitectónicas del pasado y están poco habitadas y aparecen silenciosas, los segundos vuelven a someter a los objetos a una estricto orden en la composición. Sin embargo, no dejan de apostar por las formas rotundas y estables, que atiende a la representación fiel y precisa de las cosas.

domingo, 2 de abril de 2017

Manuel B. Cossío y El Greco

Maurice Fromkes, Retrato de Manuel B. Cossío, 1925-30
La Fundación Giner de los Ríos organiza la exposición, EL ARTE DE SABER VER. COSSÍO, LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA Y EL GRECO, con motivo de su centenario. Se centra en una de sus personalidades más influyentes, el discípulo y continuador del maestro que da nombre a la institución. En un pequeño espacio se muestran al público un conjunto abigarrado de pinturas, libros, documentos, filmaciones de la época, fotografías, revistas, trajes, y piezas de cerámica, organizadas en cuatro ámbitos: Cossío: El arte de saber ver; La ILE y la Historia del Arte; Cossío y El Greco; El Toledo de Cossío y la Institutción Libre de Enseñanza; y Cossío, la tradición liberal y las Misiones Pedagógicas.

Las claves para entender la vida y obra de Manuel Bartolomé Cossío se relacionan con el propósito de la Institución Libre de Enseñanza de modernizar la sociedad española por medio de la educación y el cultivo de la ciencia. También de una defensa de la educación integral frente a la instrucción, siguiendo una pedagogía activa, en la que el amor a la ciencia constituye el principal fundamento y en la que el proceso de conocimiento resulta inseparable del goce estético y éste  del imperativo ético. De esta manera, era imprescindible cultivar la sensibilidad artística para despertar las diversas potencialidades de los alumnos. La práctica de las excursiones iban a ser elementos esenciales para la educación.


El nacimiento de la Historia del Arte como disciplina científica en España estuvo ligada a la Institución Libre de Enseñanza, que potenció a su vez, su incorporación en los programas de la enseñanza secundaria y universitaria. Manuel B. Cossío contribuyó decididamente a ello por su labor científica en este ámbito, una de las más destacadas de la Europa de su tiempo. La aportación fundamental es la monografía dedicada a El Greco, un pintor hasta ese momento olvidado, pero cuya figura y estima va a ser relanzada por el estudio riguroso, todavía hoy vigente de su obra, modelo de cómo debe ser una investigación dentro de la Historia del Arte.


La ciudad de Toledo se convirtió en el lugar más genuíno y representativo de lo español. Un lugar de inspiración de un amplio conjunto de intelectuales y artistas de la primera mitad del siglo XX, asociado a la construcción de la España liberal. Un destino de las excursiones del institucionismo y motivo artistico y literario. En éste ámbito la figura de Cossío se relaciona con personalidades ligadas a la ciudad, como Julián Besteiro y el médico, científico e intelectual liberal, Gregorio Marañón. La exposicíon finaliza con el proyecto de las Misiones Pedagógicas, impulsado por la Segunda República y dirigido por el protagonista de la muestra. Un proyecto que supuso llevar a la población campesina los medios de cultura a los que no podían acceder: un Museo Ambulante de pintura, proyecciones de cine, representacines tetarales, bibliotecas y música.

jueves, 9 de febrero de 2017

La pintora de naturalezas muertas

Bodegón con gavilán, aves, porcelana y conchas, 1611

El Museo del Prado en colaboración con otras instituciones artísticas belgas, organiza la exposición, EL ARTE DE CLARA PEETERS, la primera dedicada a esta pintora del siglo XVII. El museo madrileño posee cuatro importantes naturalezas muertas de esta autora, lo que le da el prestigio de tener la mayor concentración de su obra. La pequeña exposición que termina el día 19 de este mes de febrero resulta destacada por varios motivos. En primer lugar, por ser de una mujer pintora del siglo XVII, sabiendo las dificultades que tuvieron las mujeres para desarrollar una actividad profesional en aquella época. En segundo lugar, porque nos ayuda a entender el motivo de tales representaciones. Fue, hasta donde se conoce la primera artista en incluir pescados en los bodegones, un tema luego popular.

Bodegón con quesos, almendras y panecilos, 1612

El puerto de Amberes en aquellos años exportaba productos lácteos y pescados, y se importaba sal, distintos tipos de frutas y vino. Es decir la razón de su inclusión en los cuadros de estos productos radicaba en el valor que sus contemporáneos les daban. También la comida era un signo de distinción y se empleaba para transmitir la idea de suntuosidad asociada, en este caso igualmente al empleo de porcelanas de la China o las copas de cristal de Venecia. Por otra parte, las obras de la artista, son del gusto de los coleccionistas por poseer cuadros que representasen la naturaleza con la mayor precisión. 

Bodegón con pescados, vela y alcachofas, 1611

En este sentido, el estilo de la artista es sobrio que trata de captar la apariencia real de las cosas. Por tanto, este estilo realista nos informa de lo avanzado e innovador que era el arte de Clara Peeters en la Europa de esa época.Diríamos también, ella misma como pintora, pues existe una abundancia de autorretratos y firmas en sus obras. Supondría, una afirmación de ella frente a una profesión dominada por los hombres, a la vez que contribuía a incrementar el ilusionismo hacia el espectador.

jueves, 26 de enero de 2017

La intimidad en Renoir

Mujer con sombrilla en un jardín, 1875
Este mes de enero hemos disfrutado todavía de la exposición organizada por el Museo Thyssen titulada, RENOIR. INTIMIDAD, una pequeña retrospectiva compuesta por 78 pinturas del famoso artista francés del grupo impresionista. A través de ocho salas y seis bloques temáticos, el espectador se ha podido hacer una idea, hasta cierto punto diferente de lo que fue su obra. La perspectiva que refuerza la exposición, se centra en mostrarla como próxima al espectador, que te invita a participar en la escena representada, ya sea un paisaje o un retrato. Dicha cercanía supondría el contacto físico, frente a la contemplación visual de Monet. Lo que hacen los personajes representados, a veces, y los deseos que las pinturas despiertan en el espectador. 

El paseo, 1870
Este carácter empático de la pintura de Renoir se relaciona con las interpretaciones conocidas sobre ella que exaltan la alegría de vivir por medio de la representación de escenas amables llenas de sensualidad, un carácter aliado de la empatía, de la necesidad de tocar y de ser tocado. El espectador hace un recorrido, por tanto, en la exposición, entrando en contacto con los ejes temáticos de su pintura. Arranca en la sección titulada, Primeras obras, para llegar pronto al bloque titulado, Impresionismo: lo público y lo privado, que reúne los cuadros que le identifican con el famoso grupo iniciado en 1869, del que hace esa interpretación doble, centrada en el paisaje y en los grupos humanos.

Madame Thurneyssen, 1910
A partir de la Tercera Exposición Impresionista, Renoir, se distanció de los impresionistas para dedicarse al retrato de encargo, especialmente de señoras y niños, buscando el éxito social y comercial. La siguiente sección se denomina Placeres cotidianos, y muestra su pintura de género centrada en la mujer, habitualmente joven, sola o con otras mujeres en un interior, entregada a alguna actividad personal. El artista no se olvida del paisaje, sino que vuelve a él como descanso después de pintar la figura humana, también como esperimentación del color y la pincelada. Son los Paisajes del norte y del sur. 

Ninfa junto al arroyo, 1869-70
Un bloque significativo constituye el enfocado a las personas que conviven con él, La familia y su entorno. Contemplamos los retratos de sus tres hijos varones y de Gabrielle, una de sus modelos. Finalmente, una de los temas centrales de la pintura de Renoir, desde su juventud, el desnudo femenino. El bloque se titula, Bañistas, y reúne un grupo de ellos que nos recuerdan a los grandes maestros de la historia de la pintura, Miguel Ángel, Tiziano y Rubens, por sus formas monumentales, desproporcionadas, de pequeña cabeza y cuerpo grande.  El recorrido culmina con un pequeño espacio donde la perspectiva de análisis de la pintura del artista alcanza una contemplación más perfecta, en el sentido que se puede apreciar con varios sentidos, el olfato, por las fragancias naturales que se pueden oler, el oido por los sonidos allí recogidos, y el tacto, mediante la reproducción en relieve del cuadro, Mujer con sombrilla en un jardín de 1875.

sábado, 14 de enero de 2017

La fotografía de Toni Catany


El Canal de Isabel II organiza la exposición antológica, TONI CATANY. CUANDO IR ERA VOLVER, que reúne un conjunto significativo de la obra del fotógrafo mallorquí, un artista de la imagen premiado en Francia y España. El título de la muestra parece ya significativo de lo que supone la fotografía para él, una experiencia vital, la vida misma. Las idas y venidas de los numerosos viajes que realizó a lo largo de su vida, por una parte, y por otra, de las experimentaciones realizadas, los proyectos y recuerdos recogidos en las imágenes fotográficas. De ahí que el espectador no se extrañe que sus temas favoritos hayan sido: la naturaleza muerta, el retrato, el desnudo y el paisaje. Su fotografía no trata, por tanto, de captar un momento fugaz e instantáneo de la realidad, sino uno estático, a la manera antigua.


El fotógrafo reunía los objetos de sus numerosos viajes, y en su estudio luego los recreaba a modo de pintura, de ahí que se haya hablado de la perspectiva clásica y neopictorialista de su obra. Sin embargo poseé una mirada moderna, en tanto que dichos objetos se descontextualizan para dialogar con el presente. Lo mismo sucede con las técnicas que experimentó. Llegó a emplear el calotipo inventado en 1839 por William Fox Talbot, y otros procedimientos del siglo XIX, como las técnicas más actuales, asociadas a la tecnología digital. Se puede decir que realizó viajes físicos desde el Mediterráneo hasta el resto del mundo, y dentro de su estudio, entre el pasado y el presente. Trató de encontrar el objetivo más elemental del arte, la belleza y la armonía.


Toni Catany en su búsqueda y experiencia artística nos ha dejado numerosas imágenes de aquellos lugares donde se encontraba la belleza, puertas, calles paredes, nichos, a veces con vestimentas caídas, combinando colores o texturas, que comunican sus emociones y sentimientos al espectador. Éstos se encuentran, igualmente, en numerosos retratos de sus gentes convertidos en auténticos objetos artísticos. Así pues, hace emerger el arte de lo cotidiano, de los vínculos que se pueden establecer entre materiales dispares o próximos de su entorno. Su fotografía se resume en una  expresión de la vida y de sí mismo a través de sus sentimientos y obsesiones.