miércoles, 24 de enero de 2024

Los rótulos comerciales de Madrid


 

El espacio del Ayuntamiento de Madrid, CentroCentro organiza la exposición, NO VA A QUEDAR NADA DE TODO ESTO. PATRIMONIO GRÁFICO MADRILEÑO, que reúne un conjunto de neones, rótulos comerciales en los más diversos materiales, que anunciaban distintos comercios de la capital. Las ciudades dejan huella del paso del tiempo no sólo en los monumentos y edificios, sino en sus comercios a pie de calle. Los neones y los anuncios de una determinada actividad han llegado a formar parte del paisaje urbano como una fuente o una escultura, hasta tal punto que las ordenanzas municipales han llegado hasta respetarles por formar parte de la misma identidad de la ciudad, como los anuncios de Tío Pepe en la Puerta del Sol o el de Schweppes en la Gran Vía. Unas ordenanzas que han ido restringiendo los neones o anuncios de grandes dimensiones, aunque en muchos casos han sido sustituidos en determinadas zonas por otros en pantallas de vídeo.




Fruto de la globalización económica y del desarrollo del comercio online, el comercio de proximidad ha ido desapareciendo en las grandes ciudades. Antes se conservaba incluso desde tiempos inmemoriales donde podías comprar los más variados y peculiares objetos, algunos muy especializados. Primero fueron las vaquerías, las lecherías, luego casi las panaderías y ultramarinos, hasta llegar a la desaparición de las salas de fiesta y la mayoría de los cines. Incluso antiguas cafeterías o pastelerías que habían perdurado muchos años en las calles y tenían un nombre en boca de todos los vecinos. Llegaron para reemplazarles, las grandes cadenas o pequeños supermercados, y los centros comerciales que reunían gran variedad de ofertas comerciales. Sus neones o sus rótulos comerciales formaron parte de la ciudad. No nos dimos cuenta de su valor hasta que notamos su ausencia porque el negocio había cerrado.



Hoy un colectivo Paco Graco colecciona gráficas comerciales de los muchos negocios que van cerrando en Madrid. En una nave de Toledo los almacena y los expone en determinadas ocasiones como ésta del CentroCentro. Una iniciativa encomiable porque nos sirve para analizar la evolución del diseño grafico y de las costumbres comerciales de la sociedad. En la exposición madrileña podemos ver antiguos neones de salas de fiesta como Canciller o Victoria; de cafeterías como Somosierra y Hontanares; de cines como los Acteón; también todo tipo de negocios hoy venidos a menos como las librerías y las mercerías. La muestra incluye además una colección de servilletas de papel con los nombres de los comercios, otra de bolsas de plástico igualmente rotuladas, e incluso los antiguos bancos de madera del Ayuntamiento, repletos de grafitis.  También existe un conjunto de los rótulos intercambiables para los precios de las carnes y las frutas, y otros más efímeros de pizarra con tiza, que todavía se utilizan. Finalmente, los organizadores te dan la oportunidad de imprimirte tu propia servilleta con un sello de tinta referido a la exposición. Una muestra, por tanto, de historia del diseño que deja traslucir el paso del tiempo.