lunes, 30 de junio de 2014

Las esculturas de la Plaza de la Signoria de Florencia

Logia dei Lanzi/@sociarte, 2014
La ciudad de Florencia fue una de las capitales del arte del Renacimiento, el llamado Quattrocento. En ella las más acaudaladas familias de comerciantes y banqueros ejercieron el mecenazgo artístico durante los siglos XV y XVI. Propiciaron el desarollo del Humanismo, la vuelta a los ideales de la Antigüedad clásica en la filosofía y el arte. Las proporciones humanas se encontrarán en la base de la arquitectura, la escultura y la pintura de la nueva época histórica. La mitología de los dioses y héroes de los romanos y griegos vuelve a emplearse otra vez en la lucha de la ciudad por la libertad contra la tiranía.

Vista desde la Logia dei Lanzi/@fejerod, 2014
Si hay un espacio singular en Florencia que exprese mejor los nuevos tiempos, es la Plaza de la Signoria, que reúne un conjunto espectacular de esculturas que unen Antigüedad y Renacimiento artístico. Frente al imponente Palacio Vecchio, sede del comune, se disponen las obras de Donatello, el Marzocco, un león que apoya su pata sobre el emblema de la ciudad, y la Judith y Holofernes, ambas copias de los originales conservados. También copia, pero imponente, es el David de Miguel Ángel, símbolo de la independencia de los florentinos. Al lado derecho de la puerta, se muestra la poderosa efigie de Hércules venciendo con una maza a Caco, original de Baccio Bandinelli. El clasicismo evoluciona hacia el artificio manierista.

Detalle del Rapto de las Sabinas/@fejerod, 2014
Detrás de los gigantes se encuentran dos termini de la misma época de una figura masculina y otra femenina. En la Logia dei Lanzi se guardan un conjunto de piezas romanas y frente a ellas, tres obras maestras de la escultura del siglo XVI, el Perseo que muestra la cabeza de la Medusa, de Benvenuto Cellini; el Rapto de las Sabinas y Hércules y el centauro Nesso, de Giambologna. La serenidad y el equilibrio clásico se transforman en el dinamismo que contorsiona las figuras atormentadas por la acción violenta de la derrota o el rapto.

Detalle del centauro Neso/ @fejerod, 2014
El espacio de la plaza se completa con dos magníficas obras: el conjunto de la Fuente de Neptuno, obra de Bartolomeo Ammannati, y la estatua equestre de Cosme I Medici, a cuyo mecenazgo se deben gran parte de ellas. Unos ejemplos escultóricos principalmente en bulto redondo con la inclusión del relieve, sobre todo realizados en marmol de diferentes tipos y en bronce.


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