miércoles, 17 de abril de 2024

El archivo fotográfico del Banco de España


 

El Banco de España posee un importante archivo fotográfico, disponible desde 2019 que atesora unos 25.000 ejemplares, extraído de su no menos significativo legado documental. Unas fotografías hoy perfectamente estudiadas y digitalizadas, preparadas por su utilización en futuras investigaciones. La exposición. DE LA ALBÚMINA AL PÍXEL, en estos días abierta al público visitante, nos hace un recorrido por la historia de la fotografía asociada a la de nuestro banco emisor. Desde mediados del siglo XIX, hasta el momento. La institución, así, desde el reinado de Isabel II tuvo que consolidar su desarrollo y construir distintas sedes por el territorio nacional, e incluso fuera, en Londres, París, y Marruecos. De ello da prueba las imágenes fotográficas tomadas por los más reputados profesionales del momento en distintos soportes y técnicas, que divulgaban las actividades y acontecimientos asociados a la misma. Por ello la presente exposición se orienta a las actividades, los espacios y los retratos producidos en su historia.



Nos propone un recorrido cuyo protagonista es la fotografía y sus artífices, junto a publicaciones, cámaras, y vídeos. Un recorrido compuesto de cinco etapas. La primera, siguiendo un orden cronológico, se denomina, El tiempo amarillo, que alude al color que adquieren las imágenes más antiguas, expresión tomada de un verso de Miguel Hernández. Un espacio que arranca con ejemplos del periodo de la Revolución Gloriosa, e incluye el trabajo de los prestigiosos fotógrafos Eusebio Juliá, y Jean Laurent, que nos proporcionan información de la indumentaria de los porteros y ordenanzas, y la construcción y posterior inauguración del edificio de la Plaza de Cibeles. Un edificio, tan destacado en la capital, que apareció captado en la fotografías estereoscópicas. 



El segundo espacio, titulado, La fotografía como documento, nos lleva a principios del siglo XX. Se centra en los retratos de los empleados, realizados magistralmente por el primer profesional en plantilla, José Irigoyen Zabaleta, y aquellos que llevaron a cabo destacados gabinetes de todo el territorio, como Iruela, Yo, Calvet y Roca en Madrid, o Luis Sánchez en Valencia o Photo Art en Alicante. Un periodo en que se documenta las distintas sedes del Banco de España, que llegan a un total de unas 60. Por otra parte, la imagen del banco se difunde en prensa y en libros mediante los fotograbados y fototipias. Igualmente aparece en las primeras tarjetas postales con mucho éxito. 



El tercer espacio es el más grande y cubre un periodo más extenso. Titulado, De la edad de plata a la transición, se divide en dos periodos, 1925-1950 y 1950-1975, que abren con el retrato de Alfonso XIII, obra de Christian Franzen, que presidió los despachos y sus sucursales hasta la proclamación de la República. Los retratos en este periodo han evolucionado. Son despejados de adornos y fantasías anteriores de fondo, para primar la iluminación intensa, las sombras, los efectos y contrastes del rostro y el cuerpo. Perduran los nombres de renombrados fotógrafos, como Alfonso, que capturó la imagen de Cibeles llena de gente el día de proclamación de la República junto a su propia cámara; también de Cristóbal Portillo, que retrató en 1934, la Junta General de Accionista, y el álbum sobre la sucursal de Barcelona, de Juan Andreu Puig Farran.



Este espacio se completa con imágenes de la construcción de la llamada Cámara de Oro subterránea que fue finalizada en 1936. Seguidamente, Tiempo de silencio es la denominación del periodo comprendido de la Guerra Civil y de la posguerra franquista. Unas fotografías que muestran los estragos del conflicto en las sedes del banco y su posterior rehabilitación. Destacan nuevos profesionales como Francisco Amer, Campúa, y Diego González Ragel, este último empleado en la institución. Una nueva sede fue inaugurada en la Plaza de Cataluña de Barcelona en 1955. El acontecimiento presidido por el jefe del Estado fue fotografiado magistralmente por Carlos Pérez de Rozas y Sáenz de Tejada, uno de los fotógrafos más destacados del momento, cuyos ejemplos se pueden ver en la muestra.



 La sala 4, titulada, Spain is different, nos muestra los cambios políticos, sociales y económicos del país hasta nuestros días, vistos según los eventos sucedidos en el Banco de España. Nos muestra, de la misma manera, una transformación en la imagen que pasa del blanco y negro al color; de ser realizada por profesionales, a incluir ejemplos de aficionados. Un audiovisual nos resume en imágenes el periodo. Finalmente, el espacio 5, denominado, Hacia la inteligencia artificial, nos resume en una cronología la historia del banco y la fotografía; y expresa la necesidad de valorar el importante archivo como garante de la memoria, en un contexto de transformación digital constante.

viernes, 12 de abril de 2024

La colección del Museo de Bellas Artes de Valencia



La Fundación María Cristina Masaveu Peterson de Madrid presenta la exposición, COLECCIÓN MUSEO DE BELLAS ARTES DE VALENCIA. ENTRE EL BOSCO Y SOROLLA, una selección de sus más importantes obras reunidas en esta institución. Un conjunto que nos informa de la riqueza que atesora, cuyo origen se remonta a los bienes provenientes de la desamortización del patrimonio eclesiástico, por una parte, y luego, de las colecciones estatales de la región. Después, se unirían las adquisiciones o donaciones recibidas por la Generalitat Valenciana. La actividad económica ligada al puerto marítimo en conexión con otros lugares de España o de Europa, promovió una actividad artística relevante desde el final de la Edad Media, que llegaría hasta nuestros días. La exposición actual nos da una buena muestra de la riqueza que atesora, organizadas en nueve secciones desde el punto de vista cronológico.



En el recorrido destacan, como no era menos, los grandes nombres nacidos en la comunidad valenciana, y otros menos conocidos, también de ese origen, que nos sorprenden por su calidad. De la misma manera, relevantes pintores que forman parte de la historia del arte. Al principio podemos observar obras dentro del gótico internacional o bajo la influencia flamenca. Las comunicaciones con Italia fueron frecuentes, y esa inspiración se deja de notar en los autores. Una comunicación que se mantendrá con el tiempo. Una de las primeras salas del recorrido impacta al espectador. La que reúne obras de Paolo de San Leocadio, y de los pintores Fernando de los Llanos y Fernando Yáñez de la Almedina, un espacio con la destacada tabla central del Tríptico de la Pasión o de los Improperios del Bosco. Un grupo magnífico completado por una tabla del singular, Bartolomé Bermejo, de origen cordobés pero que desarrolló su obra en el Reino de Aragón.



Según avanza el recorrido, destacan obras de Gaspar Becerra y Alonso de Berruguete. También Vicente Macip, y un grupo de magníficos ejemplos de su hijo, Joan de Juanes. Más relevantes todavía, a mi entender, corresponden a las secciones correspondientes al estilo barroco, al siglo XVII. Nos encontramos destacados ejemplos de Francisco y Juan de Ribalta, y desde luego, José de Ribera con tres lienzos. Destaca una obra de Pedro Orrente, un retrato de Godofredo de Bouillon. Pedro Pablo Rubens está representado con una Virgen con el Niño. Le siguen dos obras de Valdés Leal, y termina la excelente serie, con una obra del madrileño, Claudio Coello, y una Virgen meditando de Zurbarán. Ya en el siglo XIX, el recorrido nos muestra un conjunto significativo, sobresaliendo los espacios dedicados, cómo no, a Joaquín Sorolla, y al paisajista Antonio Muñoz Degrain. El recorrido termina ya en la segunda mitad del siglo XX con El Alambique del Equipo Crónica.