miércoles, 31 de mayo de 2023

Los años ochenta en la memoria


 

Podemos disfrutar ya del nacimiento de un nuevo espacio cultural en Madrid. Se llama la Serrería Belga y está situado en el centro artístico de la capital, entre el CaixaForum y el Museo Reina Sofía. Aprovecha un antiguo edificio industrial de la primera mitad del siglo XX. Un edificio vaciado cuyos espacios se dedican a distintas muestras artísticas. La mezcla entre lo antiguo y lo moderno confiere un atractivo especial, sobre todo desde su acceso estrecho de la calle Alameda. Esta primavera muestra dos llamativas exposiciones que nos hablan de aquel Madrid que al comienzo de la democracia tuvo una extraordinaria efervescencia cultural, asociada a la música y al underground. Destaca el conjunto de fotografías tomadas por la fotoperiodista Marivi Ibarrola,  una joven que por esa época vino a la capital, como tantos otros, a participar de todos los acontecimientos que ofrecía. La muestra se denomina, YO DISPARÉ EN LOS OCHENTA, que agrupa sus imágenes más icónicas.



Marivi Ibarrola se encargaría de fotografiar los eventos más importantes que marcaron la historia de la música pop de los años ochenta. El concierto mítico de Derribos Arias en la Escuela de Caminos, las noches en la sala Rock Ola, la visita de Andy Warhol, y retrató a muchos músicos desde 1982. Ella era una mujer muy joven y participó de esta manera en la llamada movida madrileña. Prueba de ello son las fotografías de la exposición que algunas fueron publicadas en distintos medios. En un video nos explica lo que supuso aquella experiencia personal, y algunos momentos inolvidables. Desde su puesto actual como profesora de periodismo puede contar a los veinteañeros actuales lo que fue ese mundo analógico en un periodo que Madrid sobresalía por la cultura joven.



La segunda exposición de los años ochenta corresponde a los malogrados artistas Las Costus o Costus, simplemente, que es el apodo de Juan Carrero y Enrique Naya. Reúne 12 de las 14 obras que realizaron para decorar el bar de copas de Malasaña, La Vía Láctea. Son un conjunto de pinturas sobre tabla y esculturas, con imágenes al más estilo pop, muy del gusto del momento, con referencias a los grandes mitos del cine y la música. A la muestra se suma información breve sobre su trayectoria, y la obra, Caños de la Meca, propiedad del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, que formó parte de la única exposición que los artistas hicieron la capital en 1981.


viernes, 5 de mayo de 2023

Obras maestras de la Frick Collection


 

El Museo del Prado tiene la oportunidad en colaboración con la Comunidad de Madrid de mostrar nueve obras maestras de la pintura española traídas de Nueva York. Fueron reunidas por Henry Clay Frick, un industrial metalúrgico norteamericano a principios del siglo XX, siguiendo sus gustos artísticos enfocadas a la pintura de la Edad Moderna y comienzos de la Contemporánea. Llegarían a formar tal colección que pasaron a constituir un museo en 1935 en su palacio de la Quinta Avenida. Sus recursos económicos le hico adquirir importantes obras por toda Europa. En la exposición madrileña reúne pinturas de los artistas españoles más importantes, El Greco, Velázquez, Goya y Murillo.



Lo atractivo de esta pequeña muestra es que las obras norteamericanas se exhiben con otras que se encuentran en el Museo del Prado en un fructífero diálogo, un intercambio de información entre pinturas de la misma técnica o estilo. El caso más llamativo es la pareja que constituye el Felipe IV en Fraga y el retrato del bufón El Primo, que tienen en común que fueron realizados con el mismo tipo de tela. Esta circunstancia llevó a descartar el nombre tradicional de don Sebastián de Morra para identificar a este bufón por el del Primo, quien acompañó al monarca en 1644 cuando Velázquez retrató a ambos. Otra interacción excelente corresponde al Autorretrato de Murillo en un óvalo de piedra que alude al paso del tiempo y a la fama perecedera, con el retrato de Nicolás Omazur, mercader flamenco asentado en Sevilla y coleccionista de las obras del artista, que presenta la misma disposición.




Dos comparaciones se pueden añadir. Corresponden a pinturas de El Greco. Por un lado entre un imagen de San Jerónimo y la de un médico, tal vez el famoso doctor Rodrigo de la Fuente del Museo del Prado, en relación a la calidad retratística del cretense. Por otro, entre un cuadro de La expulsión de los mercaderes del templo y La Anunciación, por las concordancias estilísticas. Finalmente, destacar tres obras singulares, el Retrato de Vicenzo Anastagi, de El Greco, único retrato en cuerpo entero del autor, y dos obras de Goya, otro retrato, en este caso de Pedro de Alcántara Téllez Girón, noveno duque de Osuna, que sorprende su original pose, y el cuadro de La fragua, que es una escena de género, pero en este caso de un tamaño en perspectiva monumental que no estamos acostumbrados.