jueves, 31 de octubre de 2024

La colección Pérez Simón



La sala CentroCentro del Ayuntamiento de Madrid presenta la exposición, SETENTA GRANDES MAESTROS DE LA COLECCIÓN PÉREZ SIMÓN, una selección escogida de uno de los conjuntos artísticos privados más relevantes reunidos, que suman un total de tres mil cuatrocientas obras entre pinturas, esculturas, dibujos y obra gráfica, producto de una intensa pasión por el arte y con el objetivo de su estudio, conservación y difusión. Un conjunto que muestra un espíritu enciclopédico por la variedad de autores y lugares de procedencia en tres de los continentes, Europa, América y Asia. Fruto del conocimiento y del gusto personal formado desde la adolescencia por medio de la visita de museos en su afán de búsqueda de la belleza. Una trayectoria que invita al visitante a realizar otra por esta selección que se presenta ahora en la capital, que se inicia en el Renacimiento. Destacan en esta sección titulada, Maestros antiguos y primeros modernos, un Retrato del Príncipe Carlos Luis de Van Dyck, de cuerpo entero y de gran tamaño; una Virgen con el niño, de Rubens; un extraordinario Murillo representado a San Juan Bautista; la Caridad, de Lucas Cranach el Viejo, y atendiendo al país de procedencia del coleccionista, una Virgen de Guadalupe, de Manuel de Arellano.






El siglo XIX constituye la segunda sección, seguramente el periodo que sobresale de esta exposición y de su entera colección, por el número y la calidad de sus obras. Entre ellas destaca, la pintura victoriana, el conjunto más importante de este periodo fuera del Reino Unido. Muestra sus distintas tendencias, el Academicismo, el Esteticismo, el Prerrafaelismo y el Romanticismo. Presenta una obra capital del periodo, Las rosas de Heliogábalo, de Lawrence Alma-Tadema. Tiene un apartado especial, El retrato femenino, donde se introducen obras de autores españoles, como Ignacio Zuloaga, Raimundo de Madrazo y Julio Romero de Torres. El conjunto de pinturas francesas del periodo sobresale, igualmente con relevantes ejemplos del Impresionismo, Postimpresionismo y Simbolismo, mostrando obras de Monet, Pisarro, Renoir, Gauguin, Cézanne, Van Gogh, y Gustave Moreau. Finalmente, de este siglo, observamos pinturas españolas de Sorolla y Anglada Camarasa.






La tercera sección, denominada, De las Vanguardias al arte actual, mantiene el atractivo para el espectador. Exhibe obras de Kokoschka y Munch, dentro del Expresionismo; de Picasso, Braque y Léger, que se engloban en el Cubismo; muestra una obra Dufy situada en el Fauvismo; y de Salvador Dalí, Paul Delvaux y René Magritte, representando al Surrealismo. Por otra parte, llama la atención el Desnudo reclinado con libro, de Tamara de Lempicka, en estilo art déco, y dos obras mexicanas, una de Diego Rivera, y otra de Frida Kalho, titulada, Niña Tehuacana, Lucha María, fechada en 1942. Las obras de la segunda mitad del siglo subrayan su gusto amplio y de diversa procedencia, con autores como Mark Rothko, Alex Katz, Pistoletto, Miquel Barceló y Manuel Valdés. La sala que pone fin al recorrido incluye obras procedentes de Japón y de China, potencia artística emergente. Finalmente, un paisaje urbano del realismo madrileño, la clásica representación del comienzo de la Gran Vía, de Antonio López García.





lunes, 28 de octubre de 2024

La fotografía de Christian Franzen


 

La Academia de Bellas Artes de Madrid presenta la exposición, FRANZEN: UN DANÉS EN EL MADRID DE LA RESTAURACIÓN, que reúne doce obras procedentes de su colección en la pequeña sala dedicada a este medio, y otras procedentes de colecciones privadas en una mesa acristalada. El autor nació y se formó como fotógrafo en su país natal donde llegó a abrir un estudio. Con 26 años se trasladó a Madrid instalándose en la calle Príncipe, número 11. Poco a poco se convertiría en uno de los estudios más relevantes de la época, siendo nombrado fotógrafo de la Casa Real en 1899. Realizaría, así numerosos retratos de la Regente, con la que tendría amistad, y su hijo Alfonso XIII, así como de toda la familia. Ganado su prestigio también sería retratista de la aristocracia, de la clase alta madrileña, y de numerosos personajes famosos por su escritura, como Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán, cuyos retratos están en esta exposición. Igualmente, numerosas personas que quisieron inmortalizar su imagen en momentos relevantes de su vida.



Christian Franzen y Nissen, no solo fue un notable retratista, sino que destacó en el fotoperiodismo, captando imágenes de grupo en los salones de la Corte. La exposición exhibe un libro con una colección de sus fotografías publicado en la época. También captó paisajes urbanos, como la fotografía del comienzo de la Gran Vía, y realizó obras de pinturas para su posterior publicación. Este interés por el arte le granjeó la amistad de Joaquín Sorolla, a quien retrató junto a su familia. El pintor valenciano le correspondió con un retrato de su mano.



La fama obtenida por el fotógrafo está justificada por la calidad técnica de su obra. Desarrolló en su estudio distintas innovaciones que luego serían patentadas. Desde muy pronto fue uno de los profesionales en utilizar primero el flash de magnesio. Trabajaba, así, tanto en negativo en cristal para añadir tonos y graduaciones, como el positivo, que le da esa factura singular a sus imágenes. Por otra parte, la exposición conmemora los cien años de su muerte, aunque con retraso, pues él murió en 1923. A pesar de ello, su estudio continuó abierto por su hija Mimi y su primo hasta 1970. La mayor parte del trabajo de Franzen está depositado en el Fondo Documental de RTVE, que lo adquirió por aquella época, y hoy está digitalizado y publicado en su página web para su consulta.




lunes, 7 de octubre de 2024

Las 31 mujeres artistas de Peggy Guggenheim


 

La Fundación Mapfre de Madrid presenta la exposición, 31 MUJERES. UNA EXPOSICIÓN DE PEGGY GUGGENHEIM, que reúne una selección y reinterpretación de las obras de las artistas que estuvieron en la mítica exposición organizada por la galería neoyorquina, Art of This Century, propiedad de la famosa mecenas. Una exposición, Exhibition by 31 Women,  inaugurada en 1943, que fue de las primeras que mostraba obras de artistas mujeres, en este caso provenientes de EEUU y de Europa. En la organización y selección participaron a parte de la propia mecenas, Marcel Duchamp, André Breton, y Max Ernst. Pretendía mostrar un arte hecho por mujeres y superar los prejuicios y estereotipos impuestos por la sociedad patriarcal. De la misma forma, demostrar una perspectiva propia de los lenguajes pictóricos contemporáneos, por esos años adscritos al surrealismo y el expresionismo abstracto. 




La exposición originaria supuso un hito importante en la historia del arte contemporáneo, sentando las bases para un mayor reconocimiento de las aportaciones de las artistas mujeres. Así, posteriormente en 1945, la galería organizaría, The Women, y luego, inspiraría una serie de muestras individuales. El recorrido de la exposición actual en Madrid se inicia con un preámbulo que nos cuentan estos aspectos a través de fotografías y documentos de la época, las opiniones personales de Peggy Guggenheim sobre el arte hecho por mujeres. Una enorme imagen de ella en su galería cubre una de las paredes como símbolo del valor de su iniciativa. La segunda parte de la exposición se organiza en cuatro secciones que proponen una aproximación a los ejes temáticos y estrategias que exploraron las artistas representadas con el objetivo de afirmar su independencia y superar los tópicos dependientes de los criterios masculinos.



La primera sección se denomina, El yo como arte, que alude a la autorrepresentación como una de las estrategias utilizadas para escapar de los roles de género y expectativas sociales de la ideología burguesa. Para ello emplearon disfraces, maquillajes, personalidades inventadas a través de perfomances, y creando relatos inventados sobre sí mismas mezclados con la realidad. La segunda sección denominada, Lo extrañamente familiar, alude a lo siniestro, un concepto de Freud, por el cual las creadoras reinterpretaron los géneros del paisaje y bodegón. La casa no es un contexto amable y acogedor vinculado a la feminidad, sino un territorio amenazante y misterioso. Además, los objetos y los paisajes cotidianos aparecen revestidos de un sentido perturbador. La tercera sección, Bestiarios, muestra la importancia de la representación de animales de las artistas vinculadas al surrealismo. Se recrea un mundo mítico, habitado por seres en proceso de transformación, donde se difuminan los límites entre lo humano y animal. Libre, por tanto, al superar las identidades heredadas.



La cuarta sección lleva como título, The Middle Way: Lenguajes de la Abstracción, que expone la aportación de las participantes a estos lenguajes en su mayoría alejados del expresionismo imperante. De esta manera, prestaron atención a la hibridación de prácticas y a las artes decorativas, enlazando con los rasgos propios de la abstracción producido por mujeres desde principios del siglo XX. Finalmente, el recorrido termina en una sala que hace de epílogo, donde cuelgan los retratos fotográficos de las artistas que participaron en la exposición de 1943, unidos con líneas formando un atlas, que indican su aportación al arte de su época y las redes de colaboración y amistad que se establecieron entre ellas, al margen de las que tuvieron con sus colegas masculinos.