ARTE-N-RED
Blog de Historia del Arte y Comunicación Audiovisual
domingo, 30 de noviembre de 2025
Picasso y Klee en la colección Berggruen
sábado, 22 de noviembre de 2025
El cuadro más caro de arte contemporáneo
El pasado 18 de noviembre se ha vendido el cuadro más caro jamás vendido en subasta de arte moderno por un precio de 236,4 millones de dólares. Representa el retrato de Elisabeth Lederer, hija de los coleccionistas vieneses August y Serena Lederer, que fueron los que encargaron la pintura a Gustav Klimt, un pintor simbolista, miembro del movimiento de la Secession vienesa. Se trata de una obra excepcional en la trayectoria del pintor, que la creó durante casi tres años, y la sometió a sucesivas revisiones entre 1914 y 1916. Pertenecía al recién fallecido, Leonard Lauder, rey de los cosméticos, cuya rica colección se ha vendido esta semana en la Sala Sotheby´s por una cifra resultante que se aproxima a los mil millones, por lo que el retrato de Klimt, era la pieza más valiosa. Una obra que compró en los años ochenta al marchante Serge Sabarsky, y que había logrado sobrevivir al expolio nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Sustituye, así, a la que hasta ahora ostentaba la marca, Les Femmes d´Argel (Versión 0), de Pablo Picasso, que había sido vendida en 179,4 millones de dólares.
jueves, 20 de noviembre de 2025
El legado de Henri Matisse
CaixaForum de Madrid presenta la exposición, CHEZ MATISSE. EL LEGADO DE UNA NUEVA PINTURA, que reúne 46 pinturas del propio Matisse y 49 obras de otros artistas, todo un atractivo para el visitante que admira el arte contemporáneo, pues la muestra parte de la idea del carácter revolucionario del genio francés en cuanto al color, y en quienes se vieron influenciados, y a la vez acogidos en su propia obra, a la manera de una auténtica casa del arte moderno, frecuentada por artistas de diferentes generaciones y estilos. A lo largo de cincuenta años, atrajo al público y a los profesionales del medio, que lo consideraron un compañero de investigaciones plásticas. De esta manera lo observamos en una trayectoria dividida en ocho apartados, que despliegan su obra y su repercusión en otros artistas del siglo XX y XXI. La exposición presenta ejemplos de peso en todos los apartados, sobre todo en los iniciales. Tal vez se hace pequeña al intentar recorrer tantos años de su trayectoria.
Su primer apartado, Línea y color (1900-1906), muestra sus primeras experiencias con la pintura. Su maestro fue Gustave Moreau, pero nada más alejado de su estilo, si nos fijamos en la obra, Lujo, calma y voluptuosidad (1904), bajo la impronta del Postimpresionismo, en concreto del Divisionismo. En este periodo sería la cabeza visible del primer movimiento de vanguardia del nuevo siglo, el Fauvismo, según el crítico que comparó la forma de emplear el color de un grupo de pintores con auténticas fieras. Un grupo formado por artistas como André Derain, Albert Marquet, Marice de Vlaminck, Georges Bracque, Robert y Sonia Delaunay. En el segundo apartado, Primitivismo y la emoción (1907-1913), realiza una investigación plástica influenciado por el descubrimiento de las artes no occidentales. También, Matisse conecta con el expresionismo alemán, en tanto que el arte tiene un fundamento emocional, y con la vanguardia rusa, atraídos por el arte primitivo. El tercer apartado, Provocar apariciones (1914-1917), coincide con la Primera Guerra Mundial, cuando el artista parece apartarse desde un mundo inquietante, mirado desde la privacidad de su estudio al emplear motivos como la ventana y la puerta. Los retratos de esta época parecen tener un halo fantasmal.
En el cuarto apartado, Abstraerse (1917-1917, se trata de la influencia de otro movimiento de vanguardia, el Cubismo, en el propio Matisse, como de éste, sobre otros artistas como Frantisek Kupka, que evolucionarán hacia la no figuración geométrica. Un quinto apartado, nos parece el más optimista, por su color brillante, influenciado por la luz y los tipos entorno al Mediterráneo. Se denomina, Nuestro corazón mira hacia el sur (1917-1929), en la que se ve la huella de su residencia en Niza, y los viajes a España y al Magreb. Las pinturas de Kees van Dongen, Albert Marquet y Natalia Goncharova, emplean sus mismas soluciones plásticas. Igual de atractivo es el apartado, Modernidades clásicas. Matisse y su diálogo con Bonnard, Gilot y Picasso (1930-1938). Parte de la experimentación del maestro en la simplificación del dibujo y su despliegue en el espacio, y la incidencia en la pintura del genio malagueño, a pesar de considerarse en las antípodas, si bien con mayor incidencia en su pareja. En 1936, tras sufrir un bloqueo creativo, volverá a Cézanne y Bonnard.
Desde finales de la década, entramos en el séptimo apartado, Días de color. Pintura y película a partir de 1939, donde Matisse emplea papeles pintados en guache para portadas de revistas. En 1947, utiliza esta técnica en el libro Jazz. En 1951 colabora con Le Corbusier en la Capilla del Rosario de Vence. El pintor abstracto norteamericano, Barnett Newman lo tiene como referencia, lo mismo que la artista argelina Baya. La película, Penélope, de los franceses Raymon Hain y Jacques Villeglé, pone a Matisse en movimiento. En el último apartado, Chez Matisse. Horizontes múltiples (1961-1970), vemos su influencia tanto de su técnicas, como el collage, como sus tratamientos, en los estilos más recientes, tanto en pintura, como el vídeo y el cine, sin duda, el apartado más flojo de la exposición.
jueves, 13 de noviembre de 2025
La representación femenina en la cosmovisión indígena
La Fundación Casa de México en España presenta la exposición, LA MITAD DEL MUNDO. LA MUJER EN EL MÉXICO INDÍGENA. EL ÁMBITO DIVINO, que reúne 98 piezas de escultura y cerámica, además de textiles, cestería, y óleos, provenientes de culturas antiguas como la mexica, maya, olmeca, huasteca, teotihuacana, entre otras, con motivo del año de la mujer indígena. Una primera muestra de tres dedicadas al principio femenino que se realizarán en la capital española. También, parten del conocimiento de las numerosas culturas precolombinas que existieron desde hace treinta siglos. Hoy México es un país de una enorme diversidad cultural, pues, además de la población mestiza, en su territorio conviven afrodescendientes, y 74 pueblos originarios herederos de tradiciones milenarias, que hablan, 68 lenguas propias. Así, las mujeres indígenas juegan un papel fundamental para su continuidad y resistencia ante los cambios del presente.
La exposición presenta tres líneas temáticas: Las dos partes del mundo; La ostentación del cuerpo; y La sacralidad femenina. El México prehispánico concebía el mundo y el Universo a partir de principios duales e interrelacionados, entre los que sobresale, lo masculino y lo femenino. Así, lo femenino, se relacionaba con la fertilidad, el origen de la vida como su final, la muerte; igualmente, con la naturaleza, la madre Tierra, imprescindible para subsistir; también, con los ciclos lunares, que marcan los procesos temporales. El sol, en cambio, se representa como hombre. Por otra parte, las esculturas y cerámicas del cuerpo femenino resaltan su anatomía, en cuanto atributos simbólicos de la fecundidad, la nutrición y la regeneración, destacando su cualidad como espacio de origen, transformación, muerte y continuidad cíclica, así como metáfora de la Tierra como madre y matriz.
La exposición no se centra solo en los pueblos antiguos, sino también, en piezas del siglo XXI, que muestran la pervivencia de las concepciones indígenas tradicionales. Finalmente, la última línea temática de la misma, se refiere a las deidades femeninas, a la vez creadoras y destructoras, ligadas a la sexualidad y la purificación, los partos y la muerte. Son poderosas y ambivalentes, capaces de cambiar de género o tener atributos mixtos, según el contexto ritual o simbólico. Después de la influencia de la religión cristiana de los colonizadores, fueron reasignadas en advocaciones de la Virgen, con poder sobre la vida y la muerte.
martes, 4 de noviembre de 2025
La colección de fotografía de la Comunidad de Madrid
La Sala Canal de Isabel II presenta la exposición, 14 MILLONES DE OJOS. COLECCION, FOTOGRAFÍA, PÚBLICO, que reúne una muestra del patrimonio de la Comunidad de Madrid en el ámbito fotográfico, a través de 175 imágenes y 15 fotolibros, resultado de la política cultural en este arte desde hace treinta años. Una política centrada no solo en las exposiciones en esta misma sala, sino en concursos y compras, que la han llevado a cabo. Desde finales de los años 90 tiene, además, un presupuesto específico, que nos indica la riqueza y variedad de la colección, hoy depositada en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M).
La presente exposición se divide en diferentes apartados que corresponden con los espacios en distintas alturas de la sala. De esta manera, el piso bajo se centra en las representaciones de Madrid por medio de imágenes de sus barrios y sus gentes. Constituyen un conjunto relevante de autores y obras que fueron expuestas de manera monográfica en la Sala o han recibido el Premio de Cultura. Podemos ver aquí autores como Ramón Masats y de Ouka Leele. En el centro se pueden consultar los 15 fotolibros y disfrutar de un vídeo que reúne un conjunto de fotografías, frente a un mural que recuerda la exposición Madrileños, basada en fotos familiares.
En el primer piso las fotografías están agrupadas con el título, El cuerpo y la memoria, Aquí, Sin cámara y muchos más, que son los títulos de algunas exposiciones colectivas realizadas en los últimos treinta años y un recuerdo del proyecto, Canal Abierto. En el segundo piso se pueden ver fotografías sobre 3 temas: El bodegón, El paisaje, y Los interiores, géneros clásicos que son vistos desde la ficción y el humor, que supone una reflexión sobre el propio medio. En la última planta, se muestran diversas formas de representar el cuerpo humano, más allá de los retratos y los desnudos. Así vemos los primeros de personas de distintas culturas, razas, géneros y religiones. Algunas fotos muestran cuerpos enteros, otras algún detalle o partes de los mismos. Este espacio acoge algunas de las adquisiciones más recientes.
jueves, 16 de octubre de 2025
El Art Déco en Madrid
miércoles, 1 de octubre de 2025
La pintura de Raimundo de Madrazo
La Fundación Mapfre de Madrid presenta la exposición, RAIMUNDO DE MADRAZO, que reúne un conjunto amplio de su obra artística con más de cien obras a modo de antológica, provenientes de las más reputadas instituciones nacionales e internacionales, distribuidas en ocho secciones de manera cronológica y temática, de tal manera, que al comienzo del recorrido nos encontramos con sus obras de las más temprana juventud, pues en su etapa de formación dio muestras de su talento precoz. En sus primeros cuadros religiosos o de historia, observamos la influencia de su padre, Federico, y su abuelo, José, pintores famosos de su época, que llegaron a ser directores del Museo del Prado, y otras entidades artísticas españolas. Además, sus tíos, como parte de la familia de su madre, completaban un entorno propicio para la práctica de la pintura y el dibujo. Sin embargo, nuestro artista decidió desarrollar una carrera dirigida al mercado, a los gustos de la clientela privada, que a los concursos oficiales.
Raimundo se estableció desde comienzos de la década de los sesenta en París, primero para formarse, luego para seguir su propia iniciativa al margen de los apoyos y dictados de su familia. Tuvo éxito entre la clientela de la alta burguesía, que florecía por esos años en la capital francesa. Una clientela que apreciaba sus cuadros de género, y sus retratos, que valoraba un estilo elegante, preciosista, que atendía al detalle con destreza técnica, sustentado en un extraordinario dibujo y en un rico colorido. Por un lado realista, por otro idealizado en la representación de la vida ociosa y privada de esta clase social, de la descripción de sus interiores domésticos. Un estilo intermedio, que la comisaria de la exposición denomina, Juste milieu, entre el academicismo y la pintura moderna, primero el Impresionismo, luego la de vanguardia.
Durante sus años de éxito en París, se centró en pequeños cuadros costumbristas, llamados, tablealutins, que nos descubren la vida de la burguesía, de sus fiestas de máscaras o sus salidas al teatro, del ocio de bellas mujeres en sus ricos interiores domésticos. Un capítulo de la exposición se centra en la modelo que encarnó las distintas facetas de la mujer francesa, Aline Masson, que protagoniza esos personajes femeninos anónimos que protagonizan las más variadas escenas. En la Exposición Universal de 1878, se consagró su fama al recibir la medalla de primera clase y la condecoración de la Cruz de la Legión de Honor, tras participar con catorce cuadros. Al termino de la centuria, quedaba muy atrás el atractivo de su pintura, un estilo enriquecido por la influencia de su cuñado, Fortuny, muerto mucho antes en 1874. Miró, entonces, al continente americano, donde su pintura seguía demandada por los clientes, especialmente los retratos. A ellos se iba a dedicar, residiendo durante el invierno desde 1897 en Nueva York.
La clientela norteamericana estaba formada por las grandes fortunas provenientes de la industria, magnates, como Archer Milton Hutington, fundador de la Hispanic Society of America o Cornelius Vanderbilt II, que le atraía su estilo elegante y preciosista, sus rigurosos retratos que mostraban una riqueza tradicional a la que aspiraban. Desde 1914, regresa a Francia y se establece en Versalles. En sus años finales hasta su muerte en 1920, su pintura se ve influenciada por la moda dieciochesca, que reivindicaba los tiempos de Luis XIV y Luis XVI. Evoca un esplendor pasado con un lenguaje menos preciosita que en décadas anteriores. Sin duda, la prueba precisa de su decadencia y valoración, para luego ser olvidado por la historiografía del arte, circunstancia que hoy empieza a ser cambiada.



























