domingo, 30 de noviembre de 2025

Picasso y Klee en la colección Berggruen


El Museo Thyssen presenta la exposición, PICASSO Y KLEE EN LA COLECCIÓN HEINZ BERGGRUEN. Obras del Museo Berggruen, Neue Nationalgalerie de Berlin, que reúne cincuenta obras maestras de estos genios del arte, los preferidos del coleccionista y marchante de ese nombre, y de quien, el barón Hans Henrich Thyssen-Bornemisza, era cliente. Juntos compartían una afición desmedida por el arte, y en concreto, pretendían en el futuro crear un museo para que las obras que amasaron con el tiempo, pudieran ser disfrutadas por el público. Esos deseos fueron cumplidos en ambos casos. Sus colecciones dieron lugar a museos públicos. A los dos, los vemos juntos en una fotografía realizada por Helmut Newton en 1988 de una desenfadada charla. Por otro lado, subrayar, el alto nivel de las obras expuestas, tan extraordinarias como las de sus autores, que a pesar de sus personalidades diferentes, uno sensual y mediterráneo, otro, nórdico, intelectual e introspectivo, les unía un mismo espíritu de experimentación, ciertos repertorios temáticos, y una análoga estrategia reductora y deformadora que los llevó a dislocar las formas y los cuerpos. 






Tanto Picasso como Klee concibieron el arte como arma de transgresión, que les llevaría a destruir la realidad a través del lenguaje plástico. Surgió a partir de ellos, una nueva forma de mirar y de acercarse al hombre contemporáneo. La presente exposición se divide en cuatro apartados con los temas y géneros que les interesaron: Retratos y máscaras; Lugares; Cosas; y, Arlequines y desnudos. De entrada, el primero de ellos deslumbra por la calidad de las obras. El Museo Thyssen complementa el conjunto con obras contemporáneas, como de arte medieval. El retrato de Dora Maar de Picasso sobresale en el conjunto. Los paisajes desempeñaron en ambos genios de la pintura, un papel relevante. El artista español los descompuso geométricamente desde la perspectiva cubista. Klee pretendía descifrar el funcionamiento y la estructura interna de la naturaleza, al imitar los procesos de crecimiento orgánico. Las naturalezas muertas, los objetos de la vida cotidiana, fueron también objeto de investigación con finalidad de comprender la esencia y las verdades profundas de ellos.






El conjunto de obras de Picasso destacan en el último apartado de la exposición, por su número y calidad, desde la época rosa hasta su último periodo. El cuerpo es un pretexto infinito de experimentación plástica. Un cuerpo desnudo visto desde la fragmentación cubista o desde la estilización clásica. También, convertido en la figura de arlequín, que proporciona un modelo mutable, entre la máscara y la realidad. Dialogan entre sí las más variadas técnicas, óleos y dibujos, según distintos procedimientos, que sin embargo, no se apartan de un trabajo continuo de mostrar la figura humana.





sábado, 22 de noviembre de 2025

El cuadro más caro de arte contemporáneo


 

El pasado 18 de noviembre se ha vendido el cuadro más caro jamás vendido en subasta de arte moderno por un precio de 236,4 millones de dólares. Representa el retrato de Elisabeth Lederer, hija de los coleccionistas vieneses August y Serena Lederer, que fueron los que encargaron la pintura a Gustav Klimt, un pintor simbolista, miembro del movimiento de la Secession vienesa. Se trata de una obra excepcional en la trayectoria del pintor, que la creó durante casi tres años, y la sometió a sucesivas revisiones entre 1914 y 1916. Pertenecía al recién fallecido, Leonard Lauder, rey de los cosméticos, cuya rica colección se ha vendido esta semana en la Sala Sotheby´s por una cifra resultante que se aproxima a los mil millones, por lo que el retrato de Klimt, era la pieza más valiosa. Una obra que compró en los años ochenta al marchante Serge Sabarsky, y que había logrado sobrevivir al expolio nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Sustituye, así, a la que hasta ahora ostentaba la marca,  Les Femmes d´Argel (Versión 0), de Pablo Picasso, que había sido vendida en 179,4 millones de dólares. 

jueves, 20 de noviembre de 2025

El legado de Henri Matisse



CaixaForum de Madrid presenta la exposición, CHEZ MATISSE. EL LEGADO DE UNA NUEVA PINTURA, que reúne 46 pinturas del propio Matisse y 49 obras de otros artistas, todo un atractivo para el visitante que admira el arte contemporáneo, pues la muestra parte de la idea del carácter revolucionario del genio francés en cuanto al color, y en quienes se vieron influenciados, y a la vez acogidos en su propia obra, a la manera de una auténtica casa del arte moderno, frecuentada por artistas de diferentes generaciones y estilos. A lo largo de cincuenta años, atrajo al público y a los profesionales del medio, que lo consideraron un compañero de investigaciones plásticas. De esta manera lo observamos en una trayectoria dividida en ocho apartados, que despliegan su obra y su repercusión en otros artistas del siglo XX y XXI. La exposición presenta ejemplos de peso en todos los apartados, sobre todo en los iniciales. Tal vez se hace pequeña al intentar recorrer tantos años de su trayectoria.



Su primer apartado, Línea y color (1900-1906), muestra sus primeras experiencias con la pintura. Su maestro fue Gustave Moreau, pero nada más alejado de su estilo, si nos fijamos en la obra, Lujo, calma y voluptuosidad (1904), bajo la impronta del Postimpresionismo, en concreto del Divisionismo. En este periodo sería la cabeza visible del primer movimiento de vanguardia del nuevo siglo, el Fauvismo, según el crítico que comparó la forma de emplear el color de un grupo de pintores con auténticas fieras. Un grupo formado por artistas como André Derain, Albert Marquet, Marice de Vlaminck, Georges Bracque, Robert y Sonia Delaunay. En el segundo apartado, Primitivismo y la emoción (1907-1913), realiza una investigación plástica influenciado por el descubrimiento de las artes no occidentales. También, Matisse conecta con el expresionismo alemán, en tanto que el arte tiene un fundamento emocional, y con la vanguardia rusa, atraídos por el arte primitivo. El tercer apartado, Provocar apariciones (1914-1917), coincide con la Primera Guerra Mundial, cuando el artista parece apartarse desde un mundo inquietante, mirado desde la privacidad de su estudio al emplear motivos como la ventana y la puerta. Los retratos de esta época parecen tener un halo fantasmal.



En el cuarto apartado, Abstraerse (1917-1917, se trata de la influencia de otro movimiento de vanguardia, el Cubismo, en el propio Matisse, como de éste, sobre otros artistas como Frantisek Kupka, que evolucionarán hacia la no figuración geométrica. Un quinto apartado, nos parece el más optimista, por su color brillante, influenciado por la luz y los tipos entorno al Mediterráneo. Se denomina, Nuestro corazón mira hacia el sur (1917-1929), en la que se ve la huella de su residencia en Niza, y los viajes a España y al Magreb. Las pinturas de Kees van Dongen, Albert Marquet y Natalia Goncharova, emplean sus mismas soluciones plásticas. Igual de atractivo es el apartado, Modernidades clásicas. Matisse y su diálogo con Bonnard, Gilot y Picasso (1930-1938). Parte de la experimentación del maestro en la simplificación del dibujo y su despliegue en el espacio, y la incidencia en la pintura del genio malagueño, a pesar de considerarse en las antípodas, si bien con mayor incidencia en su pareja. En 1936, tras sufrir un bloqueo creativo, volverá a Cézanne y Bonnard. 




Desde finales de la década, entramos en el séptimo apartado, Días de color. Pintura y película a partir de 1939, donde Matisse emplea papeles pintados en guache para portadas de revistas. En 1947, utiliza esta técnica en el libro Jazz. En 1951 colabora con Le Corbusier en la Capilla del Rosario de Vence. El pintor abstracto norteamericano, Barnett Newman lo tiene como referencia, lo mismo que la artista argelina Baya. La película, Penélope, de los franceses Raymon Hain y Jacques Villeglé, pone a Matisse en movimiento. En el último apartado, Chez Matisse. Horizontes múltiples (1961-1970), vemos su influencia tanto de su técnicas, como el collage, como sus tratamientos, en los estilos más recientes, tanto en pintura, como el vídeo y el cine, sin duda, el apartado más flojo de la exposición.





jueves, 13 de noviembre de 2025

La representación femenina en la cosmovisión indígena


 

La Fundación Casa de México en España presenta la exposición, LA MITAD DEL MUNDO. LA MUJER EN EL MÉXICO INDÍGENA. EL ÁMBITO DIVINO, que reúne 98 piezas de escultura y cerámica, además de textiles, cestería, y óleos, provenientes de culturas antiguas como la mexica, maya, olmeca, huasteca, teotihuacana, entre otras, con motivo del año de la mujer indígena. Una primera muestra de tres dedicadas al principio femenino que se realizarán en la capital española. También, parten del conocimiento de las numerosas culturas precolombinas que existieron desde hace treinta siglos. Hoy México es un país de una enorme diversidad cultural, pues, además de la población mestiza, en su territorio conviven afrodescendientes, y 74 pueblos originarios herederos de tradiciones milenarias, que hablan, 68 lenguas propias. Así, las mujeres indígenas juegan un papel fundamental para su continuidad y resistencia ante los cambios del presente.



La exposición presenta tres líneas temáticas: Las dos partes del mundo; La ostentación del cuerpo; y La sacralidad femenina. El México prehispánico concebía el mundo y el Universo a partir de principios duales e interrelacionados, entre los que sobresale, lo masculino y lo femenino. Así, lo femenino, se relacionaba con la fertilidad, el origen de la vida como su final, la muerte; igualmente, con la naturaleza, la madre Tierra, imprescindible para subsistir; también,  con los ciclos lunares, que marcan los procesos temporales. El sol, en cambio, se representa como hombre. Por otra parte, las esculturas y cerámicas del cuerpo femenino resaltan su anatomía, en cuanto atributos simbólicos de la fecundidad, la nutrición y la regeneración, destacando su cualidad como espacio de origen, transformación, muerte y continuidad cíclica, así como metáfora de la Tierra como madre y matriz



La exposición no se centra solo en los pueblos antiguos, sino también, en piezas del siglo XXI, que muestran la pervivencia de las concepciones indígenas tradicionales. Finalmente, la última línea temática de la misma, se refiere a las deidades femeninas, a la vez creadoras y destructoras, ligadas a la sexualidad y la purificación, los partos y la muerte. Son poderosas y ambivalentes, capaces de cambiar de género o tener atributos mixtos, según el contexto ritual o simbólico. Después de la influencia de la religión cristiana de los colonizadores, fueron reasignadas en advocaciones de la Virgen, con poder sobre la vida y la muerte.



martes, 4 de noviembre de 2025

La colección de fotografía de la Comunidad de Madrid


 

La Sala Canal de Isabel II presenta la exposición, 14 MILLONES DE OJOS. COLECCION, FOTOGRAFÍA, PÚBLICO, que reúne una muestra del patrimonio de la Comunidad de Madrid en el ámbito fotográfico, a través de 175 imágenes y 15 fotolibros, resultado de la política cultural en este arte desde hace treinta años. Una política centrada no solo en las exposiciones en esta misma sala, sino en concursos y compras, que la han llevado a cabo. Desde finales de los años 90 tiene, además, un presupuesto específico, que nos indica la riqueza y variedad de la colección, hoy depositada en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo  (CA2M). 



La presente exposición se divide en diferentes apartados que corresponden con los espacios en distintas alturas de la sala. De esta manera, el piso bajo se centra en las representaciones de Madrid por medio de imágenes de sus barrios y sus gentes. Constituyen un conjunto relevante de autores y obras que fueron expuestas de manera monográfica en la Sala o han recibido el Premio de Cultura. Podemos ver aquí autores como Ramón Masats y de Ouka Leele. En el centro se pueden consultar los 15 fotolibros y disfrutar de un vídeo que reúne un conjunto de fotografías, frente a un mural que recuerda la exposición Madrileños, basada en fotos familiares.




En el primer piso las fotografías están agrupadas con el título, El cuerpo y la memoria, Aquí, Sin cámara y muchos más, que son los títulos de algunas exposiciones colectivas realizadas en los últimos treinta años y un recuerdo del proyecto, Canal Abierto. En el segundo piso se pueden ver fotografías sobre 3 temas: El bodegón, El paisaje, y Los interiores, géneros clásicos que son vistos desde la ficción y el humor, que supone una reflexión sobre el propio medio. En la última planta, se muestran diversas formas de representar el cuerpo humano, más allá de los retratos y los desnudos. Así vemos los primeros de personas de distintas culturas, razas, géneros y religiones. Algunas fotos muestran cuerpos enteros, otras algún detalle o partes de los mismos. Este espacio acoge algunas de las adquisiciones más recientes.



jueves, 16 de octubre de 2025

El Art Déco en Madrid


El centro cultural Conde Duque presenta la exposición MADRID ART DÉCO, 1925: EL ESTILO DE UNA NUEVA ÉPOCA, que reúne unas cincuenta piezas, entre documentos, fotografías, vestidos, carteles, bolsos, y otros objetos, procedentes de las colecciones López-Trabado y Carlos Velasco, además de varias instituciones públicas, sobre esta estética y forma de diseñar de hace cien años. Un nuevo diseño que arranca en la Exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales modernas celebrada en París en aquel año, inicialmente prevista una década antes pero cancelada por la Primera Guerra Mundial, donde nuestro país estuvo representada. 





Hace una centuria, el mundo vivía tiempos felices en gran medida tras el trágico conflicto bélico. Igualmente, de crecimiento y modernización de la sociedad, que se hizo de masas y se volcó en el consumo masivo. La radio, el cine, la prensa, las revistas, de esta manera, iban a ser empleados para estar a la última moda y contagiarse, por así decirlo, de las nuevas costumbres en la que juega un papel fundamental una cierta liberalización de la mujer, que accede al mercado de trabajo, practica deporte y sale del hogar familiar al que había estado vinculada en exclusiva. El nuevo diseño Art Déco define estos nuevos tiempos, y los caracteriza, desde los más mínimos objetos de aseo, hasta los grandes edificios.





El recorrido de la exposición se estructura en seis apartados. El primero corresponde al desarrollo arquitectónico de Madrid, en especial del tercer tramo de la Gran Vía, que se construyó entre 1925 y 1932. Se alzaron nuevos edificios de oficinas, grandes almacenes, salas de cine y bancos, adecuados a los nuevos tiempos de crecimiento demográfico y nuevos hábitos de consumo. Prueba del nuevo estilo más funcional y estilizado, que se aleja del historicismo, son la sede de Telefónico, el edificio Carrión y el Coliseum. Innovador, fue también, el nuevo diseño gráfico que se puede observar en la portada de libros, revistas y en la prensa diaria. Un estilo influenciado por las vanguardias artísticas, cubismo y futurismo, así como de estilos antiguos, como el egipcio, que por aquellas fechas estaba de actualidad con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón. 






La transformación urbana de Madrid fue posible con los nuevos medios de transporte como el metro, el automóvil y el ferrocarril. De la misma manera, con el empleo de la la electricidad y las comunicaciones telefónicas. La ciudad y sus habitantes quedarían inmortalizados con el desarrollo de la fotografía, por un lado profesional, con la apertura de nuevos estudios, por otra, con su popularización al desarrollarse cámara adaptadas al público amateur. Unos habitantes que disponen de más tiempo libre al aprobarse la jornada de 40 horas, que emplean en la práctica de un deporte más democratizado, como el fútbol, el ciclismo o la natación, o a socializar en los numerosos bares y cafés que se abren con la nueva estética, como el Chicote y el Miami. De igual manera, en los cines, que son fuentes de inspiración de costumbres y modas, o el teatro de todo tipo, como los cines Callao o el Capitol, lugares de entretenimiento y de nuevas experiencias visuales y estéticas. 






La Gran Vía fue el lugar donde se podía adquirir productos en los nuevos grandes almacenes, que vendían por catálogo, a precio único y con derecho a devolución. La moda femenina se hace más cómoda, sin aquellos aparatosos vestidos largos de antes. La mujer, a la par que se incorpora a la vida moderna, se corta el cabello, que cubre o no con un sombrero funcional, se preocupa cada vez más de su aspecto físico, impulsando la industria de la perfumería y el maquillaje. La estética masculina no se quedaba atrás en número de productos que proporcionaba a los varones una imagen acorde con los actores cinematográficos, adecuada la época.

miércoles, 1 de octubre de 2025

La pintura de Raimundo de Madrazo


 

La Fundación Mapfre de Madrid presenta la exposición, RAIMUNDO DE MADRAZO, que reúne un conjunto amplio de su obra artística con más de cien obras a modo de antológica, provenientes de las más reputadas instituciones nacionales e internacionales, distribuidas en ocho secciones de manera cronológica y temática, de tal manera, que al comienzo del recorrido nos encontramos con sus obras de las más temprana juventud, pues en su etapa de formación dio muestras de su talento precoz. En sus primeros cuadros religiosos o de historia, observamos la influencia de su padre, Federico, y su abuelo, José, pintores famosos de su época, que llegaron a ser directores del Museo del Prado, y otras entidades artísticas españolas. Además, sus tíos, como parte de la familia de su madre, completaban un entorno propicio para la práctica de la pintura y el dibujo. Sin embargo, nuestro artista decidió desarrollar una carrera dirigida al mercado, a los gustos de la clientela privada, que a los concursos oficiales.



Raimundo se estableció desde comienzos de la década de los sesenta en París, primero para formarse, luego para seguir su propia iniciativa al margen de los apoyos y dictados de su familia. Tuvo éxito entre la clientela de la alta burguesía, que florecía por esos años en la capital francesa. Una clientela que apreciaba sus cuadros de género, y sus retratos, que valoraba un estilo elegante, preciosista, que atendía al detalle con destreza técnica, sustentado en un extraordinario dibujo y en un rico colorido. Por un lado realista, por otro idealizado en la representación de la vida ociosa y privada de esta clase social, de la descripción de sus interiores domésticos. Un estilo intermedio, que la comisaria de la exposición denomina, Juste milieu, entre el academicismo y la pintura moderna, primero el Impresionismo, luego la de vanguardia.



Durante sus años de éxito en París, se centró en pequeños cuadros costumbristas, llamados, tablealutins, que nos descubren la vida de la burguesía, de sus fiestas de máscaras o sus salidas al teatro, del ocio de bellas mujeres en sus ricos interiores domésticos. Un capítulo de la exposición se centra en la modelo que encarnó las distintas facetas de la mujer francesa, Aline Masson, que protagoniza esos personajes femeninos anónimos que protagonizan las más variadas escenas. En la Exposición Universal de 1878, se consagró su fama al recibir la medalla de primera clase y la condecoración de la Cruz de la Legión de Honor, tras participar con catorce cuadros. Al termino de la centuria, quedaba muy atrás el atractivo de su pintura, un estilo enriquecido por la influencia de su cuñado, Fortuny, muerto mucho antes en 1874. Miró, entonces, al continente americano, donde su pintura seguía demandada por los clientes, especialmente los retratos. A ellos se iba a dedicar, residiendo durante el invierno desde 1897 en Nueva York. 



La clientela norteamericana estaba formada por las grandes fortunas provenientes de la industria, magnates, como Archer Milton Hutington, fundador de la Hispanic Society of America o Cornelius Vanderbilt II, que le atraía su estilo elegante y preciosista, sus rigurosos retratos que mostraban una riqueza tradicional a la que aspiraban. Desde 1914, regresa a Francia y se establece en Versalles. En sus años finales hasta su muerte en 1920, su pintura se ve influenciada por la moda dieciochesca, que reivindicaba los tiempos de Luis XIV y Luis XVI. Evoca un esplendor pasado con un lenguaje menos preciosita que en décadas anteriores. Sin duda, la prueba precisa de su decadencia y valoración, para luego ser olvidado por la historiografía del arte, circunstancia que hoy empieza a ser cambiada.