El Museo Thyssen presenta la exposición, PICASSO Y KLEE EN LA COLECCIÓN HEINZ BERGGRUEN. Obras del Museo Berggruen, Neue Nationalgalerie de Berlin, que reúne cincuenta obras maestras de estos genios del arte, los preferidos del coleccionista y marchante de ese nombre, y de quien, el barón Hans Henrich Thyssen-Bornemisza, era cliente. Juntos compartían una afición desmedida por el arte, y en concreto, pretendían en el futuro crear un museo para que las obras que amasaron con el tiempo, pudieran ser disfrutadas por el público. Esos deseos fueron cumplidos en ambos casos. Sus colecciones dieron lugar a museos públicos. A los dos, los vemos juntos en una fotografía realizada por Helmut Newton en 1988 de una desenfadada charla. Por otro lado, subrayar, el alto nivel de las obras expuestas, tan extraordinarias como las de sus autores, que a pesar de sus personalidades diferentes, uno sensual y mediterráneo, otro, nórdico, intelectual e introspectivo, les unía un mismo espíritu de experimentación, ciertos repertorios temáticos, y una análoga estrategia reductora y deformadora que los llevó a dislocar las formas y los cuerpos.
Tanto Picasso como Klee concibieron el arte como arma de transgresión, que les llevaría a destruir la realidad a través del lenguaje plástico. Surgió a partir de ellos, una nueva forma de mirar y de acercarse al hombre contemporáneo. La presente exposición se divide en cuatro apartados con los temas y géneros que les interesaron: Retratos y máscaras; Lugares; Cosas; y, Arlequines y desnudos. De entrada, el primero de ellos deslumbra por la calidad de las obras. El Museo Thyssen complementa el conjunto con obras contemporáneas, como de arte medieval. El retrato de Dora Maar de Picasso sobresale en el conjunto. Los paisajes desempeñaron en ambos genios de la pintura, un papel relevante. El artista español los descompuso geométricamente desde la perspectiva cubista. Klee pretendía descifrar el funcionamiento y la estructura interna de la naturaleza, al imitar los procesos de crecimiento orgánico. Las naturalezas muertas, los objetos de la vida cotidiana, fueron también objeto de investigación con finalidad de comprender la esencia y las verdades profundas de ellos.
El conjunto de obras de Picasso destacan en el último apartado de la exposición, por su número y calidad, desde la época rosa hasta su último periodo. El cuerpo es un pretexto infinito de experimentación plástica. Un cuerpo desnudo visto desde la fragmentación cubista o desde la estilización clásica. También, convertido en la figura de arlequín, que proporciona un modelo mutable, entre la máscara y la realidad. Dialogan entre sí las más variadas técnicas, óleos y dibujos, según distintos procedimientos, que sin embargo, no se apartan de un trabajo continuo de mostrar la figura humana.




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