martes, 4 de noviembre de 2025

La colección de fotografía de la Comunidad de Madrid


 

La Sala Canal de Isabel II presenta la exposición, 14 MILLONES DE OJOS. COLECCION, FOTOGRAFÍA, PÚBLICO, que reúne una muestra del patrimonio de la Comunidad de Madrid en el ámbito fotográfico, a través de 175 imágenes y 15 fotolibros, resultado de la política cultural en este arte desde hace treinta años. Una política centrada no solo en las exposiciones en esta misma sala, sino en concursos y compras, que la han llevado a cabo. Desde finales de los años 90 tiene, además, un presupuesto específico, que nos indica la riqueza y variedad de la colección, hoy depositada en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo  (CA2M). 



La presente exposición se divide en diferentes apartados que corresponden con los espacios en distintas alturas de la sala. De esta manera, el piso bajo se centra en las representaciones de Madrid por medio de imágenes de sus barrios y sus gentes. Constituyen un conjunto relevante de autores y obras que fueron expuestas de manera monográfica en la Sala o han recibido el Premio de Cultura. Podemos ver aquí autores como Ramón Masats y de Ouka Leele. En el centro se pueden consultar los 15 fotolibros y disfrutar de un vídeo que reúne un conjunto de fotografías, frente a un mural que recuerda la exposición Madrileños, basada en fotos familiares.




En el primer piso las fotografías están agrupadas con el título, El cuerpo y la memoria, Aquí, Sin cámara y muchos más, que son los títulos de algunas exposiciones colectivas realizadas en los últimos treinta años y un recuerdo del proyecto, Canal Abierto. En el segundo piso se pueden ver fotografías sobre 3 temas: El bodegón, El paisaje, y Los interiores, géneros clásicos que son vistos desde la ficción y el humor, que supone una reflexión sobre el propio medio. En la última planta, se muestran diversas formas de representar el cuerpo humano, más allá de los retratos y los desnudos. Así vemos los primeros de personas de distintas culturas, razas, géneros y religiones. Algunas fotos muestran cuerpos enteros, otras algún detalle o partes de los mismos. Este espacio acoge algunas de las adquisiciones más recientes.



jueves, 16 de octubre de 2025

El Art Déco en Madrid


El centro cultural Conde Duque presenta la exposición MADRID ART DÉCO, 1925: EL ESTILO DE UNA NUEVA ÉPOCA, que reúne unas cincuenta piezas, entre documentos, fotografías, vestidos, carteles, bolsos, y otros objetos, procedentes de las colecciones López-Trabado y Carlos Velasco, además de varias instituciones públicas, sobre esta estética y forma de diseñar de hace cien años. Un nuevo diseño que arranca en la Exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales modernas celebrada en París en aquel año, inicialmente prevista una década antes pero cancelada por la Primera Guerra Mundial, donde nuestro país estuvo representada. 





Hace una centuria, el mundo vivía tiempos felices en gran medida tras el trágico conflicto bélico. Igualmente, de crecimiento y modernización de la sociedad, que se hizo de masas y se volcó en el consumo masivo. La radio, el cine, la prensa, las revistas, de esta manera, iban a ser empleados para estar a la última moda y contagiarse, por así decirlo, de las nuevas costumbres en la que juega un papel fundamental una cierta liberalización de la mujer, que accede al mercado de trabajo, practica deporte y sale del hogar familiar al que había estado vinculada en exclusiva. El nuevo diseño Art Déco define estos nuevos tiempos, y los caracteriza, desde los más mínimos objetos de aseo, hasta los grandes edificios.





El recorrido de la exposición se estructura en seis apartados. El primero corresponde al desarrollo arquitectónico de Madrid, en especial del tercer tramo de la Gran Vía, que se construyó entre 1925 y 1932. Se alzaron nuevos edificios de oficinas, grandes almacenes, salas de cine y bancos, adecuados a los nuevos tiempos de crecimiento demográfico y nuevos hábitos de consumo. Prueba del nuevo estilo más funcional y estilizado, que se aleja del historicismo, son la sede de Telefónico, el edificio Carrión y el Coliseum. Innovador, fue también, el nuevo diseño gráfico que se puede observar en la portada de libros, revistas y en la prensa diaria. Un estilo influenciado por las vanguardias artísticas, cubismo y futurismo, así como de estilos antiguos, como el egipcio, que por aquellas fechas estaba de actualidad con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón. 






La transformación urbana de Madrid fue posible con los nuevos medios de transporte como el metro, el automóvil y el ferrocarril. De la misma manera, con el empleo de la la electricidad y las comunicaciones telefónicas. La ciudad y sus habitantes quedarían inmortalizados con el desarrollo de la fotografía, por un lado profesional, con la apertura de nuevos estudios, por otra, con su popularización al desarrollarse cámara adaptadas al público amateur. Unos habitantes que disponen de más tiempo libre al aprobarse la jornada de 40 horas, que emplean en la práctica de un deporte más democratizado, como el fútbol, el ciclismo o la natación, o a socializar en los numerosos bares y cafés que se abren con la nueva estética, como el Chicote y el Miami. De igual manera, en los cines, que son fuentes de inspiración de costumbres y modas, o el teatro de todo tipo, como los cines Callao o el Capitol, lugares de entretenimiento y de nuevas experiencias visuales y estéticas. 






La Gran Vía fue el lugar donde se podía adquirir productos en los nuevos grandes almacenes, que vendían por catálogo, a precio único y con derecho a devolución. La moda femenina se hace más cómoda, sin aquellos aparatosos vestidos largos de antes. La mujer, a la par que se incorpora a la vida moderna, se corta el cabello, que cubre o no con un sombrero funcional, se preocupa cada vez más de su aspecto físico, impulsando la industria de la perfumería y el maquillaje. La estética masculina no se quedaba atrás en número de productos que proporcionaba a los varones una imagen acorde con los actores cinematográficos, adecuada la época.

miércoles, 1 de octubre de 2025

La pintura de Raimundo de Madrazo


 

La Fundación Mapfre de Madrid presenta la exposición, RAIMUNDO DE MADRAZO, que reúne un conjunto amplio de su obra artística con más de cien obras a modo de antológica, provenientes de las más reputadas instituciones nacionales e internacionales, distribuidas en ocho secciones de manera cronológica y temática, de tal manera, que al comienzo del recorrido nos encontramos con sus obras de las más temprana juventud, pues en su etapa de formación dio muestras de su talento precoz. En sus primeros cuadros religiosos o de historia, observamos la influencia de su padre, Federico, y su abuelo, José, pintores famosos de su época, que llegaron a ser directores del Museo del Prado, y otras entidades artísticas españolas. Además, sus tíos, como parte de la familia de su madre, completaban un entorno propicio para la práctica de la pintura y el dibujo. Sin embargo, nuestro artista decidió desarrollar una carrera dirigida al mercado, a los gustos de la clientela privada, que a los concursos oficiales.



Raimundo se estableció desde comienzos de la década de los sesenta en París, primero para formarse, luego para seguir su propia iniciativa al margen de los apoyos y dictados de su familia. Tuvo éxito entre la clientela de la alta burguesía, que florecía por esos años en la capital francesa. Una clientela que apreciaba sus cuadros de género, y sus retratos, que valoraba un estilo elegante, preciosista, que atendía al detalle con destreza técnica, sustentado en un extraordinario dibujo y en un rico colorido. Por un lado realista, por otro idealizado en la representación de la vida ociosa y privada de esta clase social, de la descripción de sus interiores domésticos. Un estilo intermedio, que la comisaria de la exposición denomina, Juste milieu, entre el academicismo y la pintura moderna, primero el Impresionismo, luego la de vanguardia.



Durante sus años de éxito en París, se centró en pequeños cuadros costumbristas, llamados, tablealutins, que nos descubren la vida de la burguesía, de sus fiestas de máscaras o sus salidas al teatro, del ocio de bellas mujeres en sus ricos interiores domésticos. Un capítulo de la exposición se centra en la modelo que encarnó las distintas facetas de la mujer francesa, Aline Masson, que protagoniza esos personajes femeninos anónimos que protagonizan las más variadas escenas. En la Exposición Universal de 1878, se consagró su fama al recibir la medalla de primera clase y la condecoración de la Cruz de la Legión de Honor, tras participar con catorce cuadros. Al termino de la centuria, quedaba muy atrás el atractivo de su pintura, un estilo enriquecido por la influencia de su cuñado, Fortuny, muerto mucho antes en 1874. Miró, entonces, al continente americano, donde su pintura seguía demandada por los clientes, especialmente los retratos. A ellos se iba a dedicar, residiendo durante el invierno desde 1897 en Nueva York. 



La clientela norteamericana estaba formada por las grandes fortunas provenientes de la industria, magnates, como Archer Milton Hutington, fundador de la Hispanic Society of America o Cornelius Vanderbilt II, que le atraía su estilo elegante y preciosista, sus rigurosos retratos que mostraban una riqueza tradicional a la que aspiraban. Desde 1914, regresa a Francia y se establece en Versalles. En sus años finales hasta su muerte en 1920, su pintura se ve influenciada por la moda dieciochesca, que reivindicaba los tiempos de Luis XIV y Luis XVI. Evoca un esplendor pasado con un lenguaje menos preciosita que en décadas anteriores. Sin duda, la prueba precisa de su decadencia y valoración, para luego ser olvidado por la historiografía del arte, circunstancia que hoy empieza a ser cambiada.



jueves, 4 de septiembre de 2025

El arte de Néstor Martín-Fernández de la Torre



 El Museo Reina Sofía presenta la exposición, NÉSTOR REENCONTRADO, que supone una retrospectiva del artista canario, Néstor Martín-Fernández de la Torre, hoy poco conocido salvo en su archipiélago natal, y singular en sus propuestas a comienzos del siglo XX. A través del recorrido de la misma se descubren sus diferentes y ricas facetas, desde la pintura de lienzos, la de carácter mural, y el diseño de escenografías y vestuario teatral, el diseño de portadas de libros y estampados de telas, y la decoración de muebles. Fue un auténtico personaje volcado al arte desde edad temprana. Nacido en una familia acomodada y culta, tuvo una exquisita educación por parte de los pintores Eliseu Meifrén i Roig y de Rafael Hidalgo de Caviedes, además de su participación desde joven en las tertulias madrileñas, donde entró en contacto con otros pintores y artistas. Una formación que se hizo cosmopolita al residir primero en Londres en 1904, y conocer la corriente prerrafaelita, luego en París, donde se sumergió en el simbolismo.





Resulta sobresaliente para el visitante que la exposición del Reina Sofía, muestre las obras desde su primera juventud hasta configurar su estilo propio, reconocible. Un recorrido articulado en diez secciones, tanto cronológicas como temáticas, de un pintor que era valorado por las revistas culturales de su tiempo y mostrado por las galerías. Un hecho que podemos comprobar en los documentos expuestos en las salas. De esta manera, fue un periodo fundamental, su estancia en Barcelona entre 1907 y 1913, atraído por la arquitectura modernista. Su éxito entre los coleccionistas locales y del mundo cultural, no obviaron las críticas al mostrar sus cuadros desnudos con ambigüedad sexual, sin respetar los cánones binarios de masculinidad y feminidad, como en Epitalamio ( o las bodas del príncipe Néstor) (1909), o las obras dentro de la exposición celebrada en Fayans Catala en 1911, que le sitúan en el decadentismo y preciosismo, con figuras andróginas y homoeróticas. Unas figuras que recuerdan la impronta de la pintura renacentista y manierista, de Leonardo y Miguel Ángel.






El comienzo de la Primera Guerra Mundial hizo que se estableciese en Madrid donde conoció a Federico García Lorca, frecuentando la Residencia de Estudiantes, donde conoció al futuro compositor, Gustavo Durán Martínez, su pareja durante una década, a quien retrató. Uno de los grandes proyectos de su etapa de madurez fue la construcción del Palacio del Atlántico, que pretendía decorar con grandes pinturas referidas a los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego. Sólo llevó a cabo un grupo de ellas, como el Poema de los elementos, y otras trece, insertas en el Poema del Atlántico y el de la tierra. Se muestran exuberantes de erotismo, que incorpora principios esotéricos y de la masonería, en un marco simbolista y protosurrealista. La  amplia exposición completa su recorrido a espacios dedicados a los retratos de mujeres, y representaciones de una feminidad no sometida, marcada por el art decó y el folklore español.





Otras secciones se centran en el tema del sátiro, figura masculina con cuernos de carnero, que transmiten gran fuerza sexual; en mostrar su talento escenográfico, como el desarrollado para El amor brujo de Manuel de Falla de 1915, donde se aleja del costumbrismo en favor de la vanguardia; en la obra muralista, desde los plafones del Salón del Tibidabo (1909), hasta la decoración del Salón de Baile del Casino de Santa Cruz de Tenerife (1932-1936); en los diseños de los más variados objetos, como telas, portadas de libros, muebles, y arquitecturas; y la promoción de las Islas Canarias, su lugar de nacimiento y presente continuo en su pintura, en favor de su conocimiento y ser atractiva para el turismo. El mar y sus criaturas, la naturaleza propia, los deportes, las fiestas, la indumentaria, la artesanía, la danza, englobadas en la cultura popular con el término, tipismo, fueron puestas en valor por Néstor.





miércoles, 3 de septiembre de 2025

Madrid Icono Pop


La sala El Águila de la Comunidad de Madrid, presenta la exposición, MADRID ICONO POP, 1964-1979, que reúne unas 200 piezas, entre fotografías, prendas de moda, documentos, e imágenes de cine y televisión de la época, para ilustrar la cultura popular de la capital al final del franquismo. Una época en la que la ciudad tuvo numerosas visitas de actores que participaban en las numerosas producciones internacionales. Algunos se quedaron a residir en ella pues enlazaron una producción con otra, o eran ellos mismos quienes se encargaban de los proyectos. También, de numerosos cantantes que actuaban en la televisión española, o vinieron para participar en el Festival de Eurovisión. Todos ellos fueron captados por la cámara de Gianni Ferrari, por aquellas fechas el mejor fotoperiodista junto con su agencia, Contifoto.



Gianni Ferrari nos cuenta en el vídeo que introduce la exposición, que normalmente era el único fotoperiodista que hacía reportajes completos a los actores y cantantes del momento, así como de la alta sociedad, en la que se encontraban los Príncipes de España y la aristocracia, como la duquesa de Alba. No es de extrañar que la presente muestra se quede corta ante su amplio archivo que parece reunir más de 100.000 ejemplos. Afirma que nunca robó una fotografía, sino que pedía permiso, para realizar los reportajes, e incluso las fotografías de calle, como las que realizó de Audrey Hepburn yendo de compras, o de Grace Kelly en el Rastro, lugar de visita obligada para estas celebridades internacionales. La ciudad de Madrid convertida en un auténtico plató de cine contrastaba con una sociedad sometida bajo el peso del régimen dictatorial.



Las primeras boutiques de moda como la Casa Bique, situada en un palacete de la Castellana, fueron lugares para inmortalizar a las actrices o a las modelos que se vestían de elegantes diseñadores como Pedro Rodríguez, Balenciaga o Pucci. Luego Gianni Ferrari, vendía las imágenes a las revistas de moda. La farándula española inmortalizada por su cámara es amplia. Destacan, sobre los demás, Marisol y Rafael. Les siguen, Lola Flores, Concha Velasco, Sara Montiel, Marujita Díaz, Rocío Durcal y el bailarín, Antonio Gades. De los extranjeros, la mayoría son europeos, grandes actrices como Jean Moreau, Julie Christie, Claudia Cardinale, Romy Schneider o Brigitte Bardot, entre otras. Directores de cine como John Huston o Jean Negulesco; cantantes como Silvie Vartan y Johny Halliday. Una larga lista de personajes captados en diferentes situaciones, unas de rodaje, otras de visita por los locales de interés de la capital.



miércoles, 28 de mayo de 2025

Arte español del siglo XX


La Fundación Cristina Masaveu Peterson presenta la exposición, COLECCIÓN MASAVEU. ARTE ESPAÑOL DEL SIGLO XX. DE PICASSO A BARCELÓ, que reúne cien de las obras más destacadas de sus fondos de este siglo. Obras de carácter pictórico y escultórico, aunque también sobre papel y fotografía. Un recorrido que proporciona una visión propia de la evolución del arte en nuestro país, determinada por los gustos e intenciones de las compras, que de todas maneras, cubre las distintas tendencias del mismo. La exposición, así,  se estructura a través de apartados con las distintas afinidades de un conjunto amplio de artistas. Arranca con la sección, Juan Gris, Picasso, Blanchard, González y las vanguardias, es decir centrada en el cubismo, según diferentes ejemplos, siendo la más representada con tres obras la artista santanderina.



En Nostalgias y temores otros caminos de lo moderno, destacan obras singulares, desde un Sorolla hasta una de José Gutiérrez Solana del interior de un prostíbulo, pasado por magníficos ejemplos de Isidro Nonell. También, de Salvador Dalí, con dos obras de paisaje. Ética y estética de la Escuela de París a Joan Miró, el siguiente apartado, reúne pinturas y esculturas hasta mediados de siglo. Podemos contemplar ejemplos de artistas como Oscar Domínguez, Luis Fernández, Francisco Bores, y del pintor catalán. La entrada a una nueva época está presidida por un enorme lienzo, otra vez, de Salvador Dalí, que responde a su estilo más reconocido. En la segunda mitad del siglo XX, los caminos artísticos se bifurcan. Entre ellos se encuentran los llamados Realismos, que en el recorrido lo componen obras de Antonio López, con un paisaje del sur de Madrid, y el interior de un servicio, o Carmen Laffón. 



Posteriormente, un amplio conjunto se refiere a la pintura abstracta en la sección Informalismos; Españoles en Nueva York; Paisaje y abstracción, y Abstracción geométrica, donde sobresalen nombres como Manuel Millares, Manuel Rivera, Luis Feíto, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Antonio Saura, Fernando Zóbel y Gustavo Torner. Secciones con otra impronta lo forman, ¿Pop? Imagen y Compromiso y Figuraciones madrileñas. En Barceló, nos enfrentamos a tres obras de su mano que cubren las paredes de un pequeño espacio, fruto del interés por unos años del coleccionista Pedro Masaveu por su obra. El recorrido termina con Fin de siglo, que exhibe esculturas de Joan Brossa, Cristina Iglesias y Jaume Plensa, entre otros.



martes, 20 de mayo de 2025

La autonomía del color


 

La Fundación Juan Marcha presenta la exposición, LO TIENES QUE VER. LA AUTONOMÍA DEL COLOR EN EL ARTE ABSTRACTO, que tiene a esta cualidad como centro de interés en el mundo contemporáneo. El título ya de por sí es significativo, una frase del filósofo Walter Benjamín. Otros se interesaron por él desde el siglo XVIII hasta nuestros días, a través de estudios científicos, destinados a su entendimiento para todo tipo de actividades. Newton descubrió que formaban parte de la luz blanca cuando se descompone al atravesar unos prismas. El ojo humano está capacitado para captarlos según su longitud de onda particular. Otros rayos, en cambio no, como los infrarrojos y los ultravioleta. El blanco contiene por tanto, todos los colores, y el negro su ausencia. 



El color se muestra en toda su libertad en el arte abstracto, pero hunde sus raíces de autonomía, respecto a modelos narrativos, ni a otros elementos de valor gráfico, desde finales del siglo XIX. Nos lo muestra la exposición, al reunir un conjuntos de pinturas y esculturas, que fueron realizadas por importantes autores de este estilo, como Ives Klein, Lucio Fontana, Malevich, y un largo etcétera.  Un conjunto que se complementa con instalaciones de luz, y dos espacios característicos, uno que mira hacia el pasado, a modo de Cámara de maravillas, que incluye publicaciones de las teorías artísticas y científicas del color, desde el siglo XVIII; esculturas y pinturas; y pigmentos y tintes naturales y sintéticos, entre otros. El segundo espacio, Coloramas, es una instalación de vídeo formada por varias pantallas que añaden conocimientos al recorrido de la exposición.



Al final del mismo, el visitante tiene que atravesar tres espacios de distinta luz vacíos, que nos hablan de su importancia en la visión humana. Por otra parte, decir que el color no es neutro, como podemos pensar, y ha adquirido, distintas simbologías según las diferentes interpretaciones culturales. Si el blanco es pureza y el negro, luto, en occidente; el blanco lo es en oriente, y el negro, fortaleza. El libro de artista tiene un papel central en la exposición, como aquellos modernos, que lo tienen como protagonista de sus investigaciones. Por tanto, la experiencia del visitante de la muestra es amplia, desde las propias obras artísticas, que desarrollan el tema, hasta los libros que han reflexionado sobre un asunto, que autores como Umberto Eco, calificaron de complejo.



viernes, 25 de abril de 2025

Guardi y Venecia


 

El Museo Thyssen presenta la exposición, GUARDI Y VENECIA EN LA COLECCIÓN DEL MUSEO GULBENKIAN, que reúne todas las pinturas que dicho museo atesora, unas 18, más un dibujo, formando una pequeña muestra de este artista, como colaboración entre distintas instituciones. Están fechadas entre 1765 y 1791, y se agrupan según representen los lugares más icónicos de la ciudad; las fiestas y los eventos multitudinarios; y los alrededores y algunos caprichos. Guardi, tras el fallecimiento de Canalleto en 1768, se convirtió en el vedutista más importante de Venecia. Si al principio, siguió el estilo preciso de su predecesor, luego desarrolló uno propio más dinámico y emotivo.



Entre las vistas más repetidas, destacan las que representan al puente de Rialto desde distintos puntos de vista. Un puente que el artista se permite pintar según el antiguo proyecto de Palladio. Este lugar era el centro económico de la ciudad, y hay atracaban las barcazas que abastecían a los mercados situados alrededor del Gran Canal. También, otros puntos destacados eran la plaza de San Marcos y el Palacio Ducal, sin olvidar el conjunto de San Giorgio Maggiore. Una de las fiestas más importantes era la de la Ascensión, que conmemoraba la hegemonía de la República sobre el mar, y se escenificaba con la salida del Dux a bordo del barco, Bucintoro. Igualmente, eran destacadas las vistas de regatas, que propiciaron extraordinarios escenarios compuestos de embarcaciones, arquitecturas engalanadas y grupos de figuras, donde el cielo y el agua comparten protagonismo.



Frente a los grandes acontecimientos, Guardi, representa los alrededores modestos de Venecia, como Dolo, donde cobra protagonismo la vida cotidiana de personajes anónimos que se encargan de sus labores diarias. Finalmente, esta pequeña exposición, muestra el tema de los caprichos, que tienen como motivo central, el paisaje junto a templos, ruinas, pórticos y arcadas. Son pequeñas obras en las cuales se deja llevar por la inventiva por medio de una pincelada suelta y dinámica. Transmite el paso del tiempo a través del deterioro de los elementos envueltos en una atmósfera lírica, embargándonos de un sentimiento de nostalgia.



viernes, 4 de abril de 2025

La escultura de Jaume Plensa


 

La Fundación Telefónica presenta en Madrid la exposición, JAUME PLENSA. MATERIA INTERIOR, que reúne 15 obras que abarcan treinta años de la trayectoria del artista catalán, que se completa con un documental acerca de su proceso creativo, una fotografía de su estudio que abarca todo un muro, y la maqueta de Iris, una obra única realizada para ser colocada en el Distrito Telefónica con motivo del Centenario de la compañía. Las esculturas de Jaume Plensa responden ante la incertidumbre y el ruido del mundo que nos ha tocado vivir, representando una llamada de esperanza y positividad. Para ello, hace volver al interior de la persona, tras reflejarse en sus obras, proporcionando una seguridad que se encuentra en nosotros mismos.



En esos treinta años de trayectoria, el artista aborda una reflexión sobre la condición humana desde diferentes perspectivas. Trata un conjunto temas, muchas veces recurrentes, como la identidad, la fragilidad de la condición humana, lo efímero, la espiritualidad, el silencia, la comunicación o el lenguaje. Emplea, desde expresiones abstractas y conceptuales en sus primeras obras, a representaciones más figurativas y sensuales en sus trabajos más recientes. Constituyen por lo general obras de gran tamaño, que ocupan todo el espacio expositivo, donde a la variedad de los materiales empleados, se une la implicación del sonido y el colorido de la luz. Durante el recorrido de la muestra, las obras no dejan de seducir al espectador, a implicarte, por su volumetría y variedad de propuestas. Normalmente forman conjuntos, donde puedes transitar, introducirte en las coordenadas de las obras. 



No siempre ocurre, pero podríamos destacar, entre las obras expuestas, no una, sino la gran mayoría, por su interés y atractivo. Así, la serie escultórica, Silence, compuesta por siete rostros femeninos, situados en grandes vigas de madera, que evocan la diversidad y las similitudes de la identidad humana; espectacular es la instalación, Love Sounds, formada por cinco cabinas de alabastro con la puerta entreabierta dejando ver una silla vacía, en la que el artista anima a descubrir el sonido de tu cuerpo. Por otra parte, en sus icónicas esculturas femeninas, Maria y Rui Rui´s Words, apela a la contemplación y la introspección, para alcanzar la belleza y el mundo interior del ser humano. Una llamada similar a un silencio necesario, lo observamos en la serie, Who Are You? I-VIII, formada por ocho figurillas de bronce que se tapan los sentidos.



La obra, La Neige Rouge, nos transporta al futuro, donde una materia pesada como el hierro interactua con el espectador por medio de una intensa luz roja llena de energía que se extiende por su cuerpo al entrar en su espacio propio. Igualmente, se puede destacar otra obra que implica directamente la experiencia del visitante al atravesarla, es la llamada, Glückauf?, desplegada a modo de cortinas de letras que recrean la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Toda una experiencia, en fin, intensa y memorable, que explica, debido a su originalidad estética y la profundidad de su mensaje, los merecidos premios recibidos por el artista a lo largo de su carrera, tanto a nivel nacional como internacional, exponiéndose su creatividad tanto en museos como en espacios públicos de todo el mundo.



viernes, 21 de marzo de 2025

La Naturaleza en la Antigua Grecia


El Museo Arqueológico Nacional presenta la exposición, ya en sus últimos días, ENTRE CAOS Y COSMOS. NATURALEZA EN LA ANTIGUA GRECIA, con motivo del décimo aniversario de la reforma del museo, que reúne un centenar de vasos griegos, terracotas, esculturas y monedas, procedentes de las importantes colecciones que atesora, algunas adquiridas de las que fueron propiedad del Marqués de Salamanca, y de otras instituciones actuales, nacionales e internacionales. Descubrimos, así, la manera de entender el mundo, su origen y transformación, que tuvieron los griegos antiguos, base de nuestra civilización. Una forma de entendimiento mítico, irracional y racional, explicada por las pinturas de los vasos, las formas escultóricas, e incluso, las representaciones de las monedas. Fueron iconografías originadas en la más remota protohistoria, que evolucionaron según su pensamiento. La exposición se complementa con textos de la literatura y la filosofía.



Los antiguos griegos pensaban que no hay nada más admirable que el ser humano. Su antropocentrismo lo observamos en la representación de los dioses, los héroes y los mortales. Creían en un origen antes de la Naturaleza conocida, que fue reconducida desde el Caos. Una Naturaleza primero salvaje, tal vez una edad de oro, a otra conquistada por los dioses. A la Tierra se une el mar, dominado por Poseidón, un medio necesario para la civilización, pero lleno de peligros, porque conduce al Hades, el destino de las almas de los muertos. Tanto los dioses como los hombres se debaten entre las fuerzas de sus deseos, del impulso generativo del Eros. Los primeros, sobre todo, Zeus, puede llegar a cambiar de aspecto, convertirse en un animal para satisfacerlos. Los héroes son semidioses, inmortales hasta cierto punto, de cuyo bienestar se ocupa la diosa de la sabiduría, Atenea. Los relatos míticos, representados en la pintura, nos hablan de sus hazañas: de Ulises para el regreso a Ítaca; de Hércules sus trabajos; lo mismo, que de Teseo.



Por otra parte, existen criaturas híbridas, cuyo aspecto se forma entre uno o varios animales, como la Sirena, los Centauros, el caballo Pegaso, Cancerbero, y la terrible Quimera. Son seres psicopompos, moradores de los límites, mensajeros de los dioses. Todos ellos son visibles e invisibles en la Naturaleza humanizada, que nos proporciona los dones necesarios para sobrevivir, como el cereal, el aceite y el vino. También el pescado, imprescindible para nuestra dieta, como las distintas formas de ganado, que es sacrificado en las fiestas y rituales, además de emplearse como imágenes simbólicas de los propios dioses. La moneda es el mejor resumen del Cosmos, de la civilización griega, porque es imprescindible para la polis, que se extendió por el oriente y occidente del Mediterráneo. En su caras se representan muchas de sus características. 



Si el recorrido de la exposición se inicia con el Caos, en una pasillo con vídeos del choque del mar embravecido, cuyo límite es el relieve del nacimiento de Afrodita, según la famosa pieza del Trono Ludovisi, termina, con otro vídeo referido al Cosmos, la civilización, tras pasar, doce apartados que explican las perspectivas más significativas, aquellas comentadas, y estas otras, más precisas, como la Naturaleza mecánica, que nos refiere la creación por el dios Hefesto del primer robot o autómata, llamado Talos; o la de sabios como Dédalo en la corte del rey Minos, que construyó una vaca gigante para Pasifae, o de unas alas de cera, con la que murió su hijo, Ícaro. También hay un apartado relativo a los jardines, o a los brebajes, propios de un mundo privado donde la mujer desarrolla su actividad.



jueves, 20 de marzo de 2025

Cien años de Sorolla


 

La Galería de las Colecciones Reales presenta la exposición, SOROLLA, CIEN AÑOS DE MODERNIDAD, con motivo de su centenario, y que ha sido recientemente prorrogada hasta abril de este año. Una oportunidad para contemplar un conjunto de 77 obras originales del autor a lo largo de su carrera, comisariada por la bisnieta del autor, siendo un conjunto significativo las que provienen de su casa y museo madrileño, aprovechando las obras de su rehabilitación; otras, en cambio, proceden de las más renombradas instituciones que las atesoran. Incluye, además, un espacio con los hitos más importantes de su biografía. Se inicia con su retrato en mármol de Mariano Benlliure, que nos informa del éxito que tuvo en su tiempo a comienzos del siglo pasado, y su pleno atractivo en la actualidad. Sorolla fue huérfano, educado por sus tíos, para mostrar pronto su talento. Pensionado en Roma, tuvo a los grades maestros como referencia para su concepción de la pintura, muchos de ellos estudiados en el Museo del Prado.



La exposición se organiza en cinco grandes apartados, tanto temáticos como cronológicos: Rumbo al éxito; El mar, siempre nuevo; Sentir el retrato; Visión de España; Del paisaje al jardín. El escritor Blasco Ibáñez le llamó el pequeño Velázquez, pues sabía unir la verdad de los antiguos maestros, con la seguridad, frescura y brillantez de su pincelada. El éxito lo inició en Madrid, tras una obra centrada en la realidad cotidiana y en las injusticias sociales, que se han convertido en emblemáticas de su trayectoria. Los premios conseguidos en exposiciones y salones le llevaron a la cima de su carrera en 1900. Observamos, así, en el primer apartado pinturas como La vuelta de la pesca o El boulevard de París, que no se había visto nunca en público. Sorolla supo captar como nadie la luz de Valencia, la ciudad de su nacimiento, para incorporarla a su paleta para siempre. El artista trabajó largas jornadas sobre la arena de la playa demostrando su amor hacia el mar Mediterráneo, al litoral español. Crea, es esta forma, un estilo y una temática propia que le identifica.



Sus pinceles capturaron la vida de los pescadores; de las gentes, especialmente niños y adolescentes bañándose, desde diversos ángulos, jugando o secándose, dando importancia a la pose que recuerda el clasicismo; a los distintos tipos de luces, la de la mañana, la intensa del mediodía, la más dorada del atardecer. Además, de la calidad y los efectos del agua, especialmente el de Jávea. En cambio, el litoral del norte de España, es más propio para el turismo elegante, el único existente en la época,  que practicó el mismo artista y su familia. Si hay un apartado que recuerde a los grandes maestros antiguos, es el del retrato, donde captura un momento efímero, donde las miradas de cruzan con el espectador, a partir de su trazo firme. Son numerosos aquellos que capturan a la familia, su mujer individualizada y sus tres hijos, de la misma manera, y en grupo. También de personajes relevantes de la sociedad de su tiempo, como los premiados con el Nóbel y clientes de la alta sociedad.



En este punto del recorrido se puede visitar la sala de su biografía, compuesta de paneles iluminados y proyecciones de sus fotografías. Al fondo una de gran tamaño muestra el momento en el que el mismo rey Alfonso XIII, está posando al aire libre para el pintor. Recordar la fama que tuvo en la primera década del siglo XX. Una fama que se va a extender a EEUU por el encargo para decorar la Hispanic Society, que le llevará varios años recorriendo y pintando por las distintas regiones de la Península.  Constituye el apartado, Visión de España, cuando retrata también a sus gentes con los trajes típicos de la época. Unas semblanzas pictóricas imbuidas de espíritu regeneracionista, que reforzará con los numerosos paisajes naturales y urbanos, tan diversos de luces y de formas de nuestro territorio. Luego, al final de su vida, el tema principal será el jardín de su casa madrileña. Sorolla afirmará que no tiene una receta que defina su pintura, salvo que es expresión del alma.