El Museo del Prado y la Biblioteca Nacional organizan sendas exposiciones tituladas, EL MARQUÉS DE SANTILLANA. IMÁGENES Y LETRAS, dedicadas a este noble castellano que unió las letras con las armas. Las armas al servicio del buen gobierno de Castilla en una época tumultuosa de luchas señoriales; y las letras, como poeta, humanista y bibliófilo. Don Iñigo López de Mendoza fue el primer marqués del título y conde del Real de Manzanares por privilegio real, aunque era hijo del condestable de Castilla. Tuvo escritorio propio, además de encargar numerosos manuscritos ricamente iluminados y encuadernados al librero y comerciante, Vespasiano da Bisticci. Con ello satisfizo su pasión intelectual y bibliófila, sino también sus relaciones sociales. De esta manera creó la biblioteca peninsular seglar más importante de su época, a la que el propio marqués mandó vender salvo ciento veinte ejemplares. Luego sus herederos la siguieron engrandeciendo. En la actualidad se conservan 73 extraordinarios ejemplares en la Biblioteca Nacional, una muestra de los cuales se exponen en la actualidad.
Los gustos bibliófilos del marqués le sitúan en el humanismo italiano. Por una parte, los clásicos griegos, Homero y Platón, por otra, los latinos, Cicerón, Séneca y Ovidio, además de los italianos, Dante, Petrarca y Boccaccio. Igualmente, promovió la traducción de la Biblia, y los Padres de la Iglesia, así como la adquisición de numerosas códices ricamente iluminados, tanto en Castilla, como en Italia. Fue copero en su juventud del también bibliófilo, Alfonso V de Aragón. Y además su propia labor como poeta, autor de obras como Bías contra Fortuna o el Cancionero de Barrantes, que se muestran al público.
En el ámbito pictórico, el marqués apostó por el gusto norteño, flamenco, incluso germánico, al encargar el retablo de la iglesia del hospital de San Salvador de Buitrago, llamado el Retablo de los Gozos de Santa María, y la tabla de san Jorge, del mismo lugar, a Jorge Inglés, un artista del cual se desconoce su identidad, pero que está documentado en 1455 para este encargo. Una obra en la cual tiene un lugar destacado los retratos de los marqueses a cada uno de los lados de la talla de la Virgen con el Niño. En la parte superior los ángeles portan filacterias donde están escritos los Gozos creados por el propio donante. Constituyen, junto a los Padres de Iglesia de la calle inferior un conjunto de estilo gótico de particular tipología.
Las exposiciones tanto del Museo del Prado como de la Biblioteca Nacional son pequeñas pero muy relevantes, si nos atendemos a las joyas únicas expuestas en forma de códices manuscritos ricamente decorados. También, las obras pictóricas entorno a la obra de Jorge Inglés, que suponen una reflexión sobre la importancia de su estilo en la Castilla de mediados del siglo XV. Un conjunto destacado para delimitar la figura del I marqués de Santillana como un auténtico mecenas a la manera italiana del momento con la cual estableció lazos culturales, a parte de su importancia como poeta castellano, a caballo entre dos épocas, la Edad Media y el Renacimiento.
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