En el Museo Thyssen se pone en diálogo la moda y la pintura contemporánea en la exposición, PICASSO/CHANEL. lo que es lo mismo el artista más famoso del siglo XX y la modista de igual rango en su tiempo. Así lo concibió un amigo en común de ambos, el poeta Jean Cocteau. Los tres colaborarían juntos y se inspirarían mutuamente, sobre todo en los años 20, en la llamada Belle Epoque. La muestra se organiza en cuatro secciones presentadas por orden cronológico, entre 1908 y 1925, que reúne un valioso conjunto de pinturas y vestidos alternados, junto a fotografías, publicaciones y vídeos. Llevan como títulos, El cubismo y el estilo Chanel; Olga Picasso; Antígona, y El tren azul.
Seguramente los dos artistas tenían una admiración mutua antes de su conocimiento en la primavera de 1917 con ocasión del estreno del ballet Parade, de Serguéi Diághilev, donde participaba Picasso. También la bailarina del mismo, Olga Khohlova, su primera mujer, era una clienta de Chanel, quien diseñó su vestido para su boda en 1918. Por otra parte, la exposición muestra la influencia de dos de los estilos del artista malagueño en las creaciones de la modista, del cubismo, tanto analítico como sintético, como del clasicista o vuelta al orden, un estilo picassiano inspirado en la Antigüedad clásica. De esta manera observamos como el geometrismo de líneas rectas y angulosas del cubismo, así como la mayor simplificación formal se aprecian en las formas de los vestidos que expresan una gran modernidad a pesar del tiempo transcurrido.
El frasco de Chanel nº 5, todavía hoy a la venta encuentra paralelismo en botellas representadas en dos collages de Picasso de 1912. Además en los numerosos retratos de Olga de la muestra se observan prendas de la modista francesa. Los dos artistas iban a colaborar profesionalmente en dos ocasiones. Primero en la adaptación de Antígona de Sófocles por Cocteau en 1922, donde Picasso realizaría el decorado, en la que Chanel diseña el vestuario inspirado en la Grecia clásica. Segundo, en 1924, en el ballet y opereta, El tren azul, escrita de nuevo por Costeau, cuya imagen del telón es la de una obra del artista malagueño titulada, Dos mujeres corriendo, que llamó la atención al productor, Diághilev. Una grabación completa de este ballet con los trajes realizados por la Ópera de Paris en 1992 se pueden ver en las últimas salas.
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