miércoles, 5 de junio de 2024

Un bodegón de Francisco de Zurbarán


 

El Museo del Prado presenta como obra invitada el Bodegón con cidras, naranjas y rosa de Francisco de Zurbarán. Pertenece a la Norton Simon Foundation de Pasadena. Tiene como particularidad que es la única naturaleza muerta del autor firmada e incluso fechada en 1633. La expone el museo en la sala dedicada al autor junto al Agnus Dei y al Bodegón con cacharros, que pertenecen al mismo género y fecha, cuando el autor se dedicó a un tipo de pinturas autónomas de tamaño mediano o pequeño, que le permitían explorar nuevos temas y ampliar la clientela, frente a los grandes encargos de instituciones religiosas sevillanas. Corresponde a un periodo de apogeo y madurez del artista.

La obra invitada brilla por su perfección exquisita, por su estudio de la escala, la precisión descriptiva y la composición, organizada en tres planos, a partir de una mesa en cuya superficie se encuentran un plato metálico con cidras; una cesta con naranjas con sus hojas verdes; y otro plato metálico con una taza de loza blanca y una rosa. El artista demuestra su maestría en la organización de las distancias exactas entre los elementos, así como en la captación de las texturas, ayudada por una luz natural que produce sombras. El orden riguroso, los contrastes lumínicos, inspiran al espectador serenidad y a la vez humilde solemnidad en un profundo silencio. Se ha sugerido la posibilidad que la naturaleza muerta oculte un sentido sagrado.

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